Cuicoterapia

Cuicoterapia

viernes, 27 de junio de 2014

El cuico supremo








El cuico supremo es “the real” gente linda. Hombres, mujeres y niños supremos. Todos lindos. Todos de revista. De hecho son los que salen en la vida social de las revistas y diarios, tipo la ED, Vida Social de El Mercurio o la Tendencias de La Tercera.

Su cuiquería es mucho más profunda (o elevada) que la de cualquier cuico. Son el primer eslabón de la cadena de cuicos. Son tan cuicos que ni siquiera necesitan ser arrogantes. La cuiquería les sale por los poros. Irradian glamour. Destacan solos. Ni siquiera necesitan ponerles nombres rebuscados a los hijos, con un Diego, Martín, Tomás, Catalina,  o Trinidad basta. Como mucho Mateo. El resto lo hace su “supremismo”.

El cuico supremo puede encontrarse en diversos colegios, dependiendo un poco del subtipo que sea (supremo progre, supremo seduc, supremo agrónomo, etc.), pero sí hay una concentración mayor de cuico supremo en el San Benito, Villa María y Verbo (Divino, se entiende).

El cuico supremo no tiene parientes pobres, porque normalmente se casan entre ellos, o como mucho, con algún cuico no supremo. Pero siempre cuicos. No es raro que un cuico supremo tenga un antepasado presidente (de la época en que los presidentes eran realmente cuicos) tipo Manuel Montt o Aníbal Pinto o José Joaquín Prieto.

El cuico supremo es muy preocupado de los "más necesitados", seguramente tienen a su "nanita" de toda la vida, incluso puede que viva un hijo de la "nanita" en la casa con ellos. No lo hace tampoco en un afán de lucirse, todo lo contrario, a ellos les parece de lo más natural y lógico ser amable con todo el mundo, para qué andar poniendo "la pata encima". Ellos saben que eso es de "rotos" (aunque jamás digan esa palabra en público). Son "gente", en el más amplio sentido de la palabra, y con un sentido social bastante arraigado. El cuico supremo tiende a ser más RN o DC que UDI.

El cuico supremo es achoclonado, su familia suprema es enorme y obviamente hacen una “Pascua (a.k.a. Navidad) de los XX (inserte apellido de familia suprema en las XX)” en la casa de la matriarca o el patriarca (que obviamente tienen una casa preciosa, nada de departamento cayéndose a pedazos en Providencia como puede ser el caso de otros abuelos cuicos no supremos). Obviamente hacen un pesebre vivo, con el (bis)nieto más chico haciendo de Jesús (que obviamente es lindo como de revista, ya sabemos). Obviamente todas las niñitas vestidas de blanco, sobrias, nada de rococó, pero preciosas. Posiblemente si son cuicos supremos agrónomos, esa celebración se hace en la casa centenaria del fundo que obviamente está impecable. Sobrio, pero impecable.

En general, además de la Navidad, al cuico supremo le encantan las celebraciones familiares de esas grandes, esas que celebran los 50 años de casados de los abuelos, los 65 años del papá, los 30 años de la nueva casa del campo, lo que sea. Nada le gusta más al cuico supremo que estar con toda la familia, tíos, primos, abuelos, todos. El cuico supremo es seguramente el que “inventó” el concepto de los “viajes familiares”. Esos viajes de 30 ó 50 personas, inolvidables, de antología, que ahora es tan común en el cuiquerío. Porque el cuico supremo es así, a él se le ocurre algo y el resto del cuiquerío lo imita.

Son socios de clubes, pero de los tradicionales, como el Polo o el Club de Golf Los Leones, o las Rocas de Santo Domingo. Nada de Hacienda Santa Martina ni otros clubes “advenedizos”. Estos cuicos supremos llevan generaciones siendo socios de esos clubes, llevan generaciones veraneando en Zapallar o en Santo Domingo. Tal vez en lugares distintos: sé de cuicos supremos que han veraneado “toda su vida” en Guanaqueros, Caldera, Los Vilos, incluso en Hornitos (y todos sabemos quiénes son). O tal vez encuentren nuevos lugares para veranear, como Huentelauquén, el nuevo must del cuico supremo.

Son innovadores, sí, pero no en un afán “separatista-del-resto-de-los-cuicos” como los cuicos progre, sino porque les dan ganas. De alguna manera son más libres que el resto de los cuicos. Porque son tan cuicos, que no es tema para ellos. Su cuiquería no está cuestionada, por eso se pueden tomar libertades. Incluso se pueden dar el lujo de tener conductas “no cuicas” como “ser payasos”, cantar karaoke (como los caco, por ejemplo), hacer show en los matrimonios, porque su cuiquez nunca va a estar en juego. Si un cuico supremo dice alguna palabra “incorrecta” (para el cuiquerío), el resto del cuiquerío va a entender que lo dice en broma o definitivamente esa palabra la va a adoptar el resto del cuiquerío. Es muy probable que la palabra “cine” la haya empezado a decir el cuico supremo antes que el resto de los cuicos. 

El cuico supremo es híper ultra viajado, mucho más que el resto del cuiquerío, pero no hace alarde de sus viajes. Conoce obviamente lugares muy exóticos (si por exóticos piensan en el Sudeste Asiático, en serio no conocen a los cuicos supremos), han probado las comidas más raras, y tienen sus destinos regalones como Nueva York, que conocen como la palma de su mano, donde no van a ver un musical (porque ya los conocen todos), sino a la Ópera en el MET. Donde probablemente ni pisan cosas tan obvias como el Central Park, sino que se sienten más a gusto en el Meatpacking o su adorado SoHo.

El cuico supremo tiene buen gusto en el alma, por lo que sus casas son siempre preciosas (de revista), aunque te cuenten que pusieron algo por aquí y por allá, que eso lo compraron en el Homecenter y eso otro en una venta de garage o en algún bazar (la cuica suprema es la que inventó esto de los bazares, tan de moda últimamente). Al cuico supremo no le complica la decoración, le sale fácil. Igual que vestirse. Se ponga lo que se ponga, se va a ver bien. Seguramente fueron las cuicas supremas las que partieron comprándose zapatos (y ropa) en el Líder (práctica tan arraigada en el cuiquerío hoy en día). No tienen ningún problema en combinar esa ropa del Líder con algo traído del Gran Bazar de Estambul y mezclado con algo de alguna tienda de Facebook (otra tendencia que partió con las cuicas supremas). En el cuico supremo aplica el dicho “aunque la mona se vista de seda, mona queda”, pero al revés.

Todos los cuicos son buenos para los “datos”. Pero los cuicos supremos son el “origen de los datos”. Ellos son los que descubren los datos y los “chorrean” al resto del cuiquerío (porque no son egoístas). Ellos descubrieron al maestro que les hace los muebles a Urbanito, las mudanzas El Hombre, la señora que trabajó para las tortas de La Serena, pero ahora las hace ella sola (y más baratas) (Ya, si sé que quieren el dato. Tienen que conocer a un cuico supremo para que se los dé).

Todos los cuicos manejan redes de contacto. Pues bien, el cuico supremo es EL contacto que el resto del cuiquerío quiere tener. Tener de contacto a un cuico supremo abre muchas puertas. El cuico supremo puede conocer a personajes tan disímiles como don Francisco, un cura tipo Felipe Berríos (del que hablan como “Felipe”), alguien como Mauricio Larraín (al que tratan de Mauricio o tal vez Mauro) o a Don Rogelio, el verdulero de Luis Pasteur, ahí donde están Las Rosas Chicas. El cuico supremo no discrimina. Cualquier contacto que pueda ser potencialmente útil le sirve. El cuico supremo es como el director de orquesta de los cuicos, ellos son los que mueven los hilos del mundo cuico. Ellos pueden “levantar” un restorán (pensemos en el Margó, por ejemplo) o un café, pueden hacer conocido a un postre (pensemos en el Tres Leches de la Laura R, ya conocido hasta por los cacos), lo que sea.



El cuico supremo, en el fondo, va varios pasos más adelante que el resto del cuiquerío, no en términos “progre” (aunque puede existir la combinación supremo-progre), sino porque su cuiquería viene de varias generaciones antes que el resto, y eso los hace marcar la pauta dentro del cuiquerío. Son los “trendsetter” de los cuicos. La cabeza de la pirámide cuica.


P.D.: Si quiere comentar que en realidad esto es una estupidez y que no hay gente de “alcurnia” porque todos los que llegaron a Chile eran unos muertos de hambre y que estos post en nada contribuyen a hacer de Chile un país más equitativo y justo, y que por culpa de gente amargada como yo es que este país está como está y todas esas cosas…AHORRÉSELO. Vaya y haga su propio blog o libro o mande una carta al diario. Yo hago esto para reírnos de nosotros mismos. No para hacer análisis socio-históricos de nada ni menos atacar a nadie. Asique usted tampoco me ataque a mí. ¿Estamos? Estamos. 

miércoles, 11 de junio de 2014

Los caco (CA-si cui-CO)

(Quincho de casa en Chicureo, www.inimagina.cl)

Todos sabemos que a principios de los 90 surgieron los “nuevos ricos”, “new rich”, “clase media emergente” (en adelante CME). Gente que sin tener origen “cuico”, empezó a tener más plata, metió a sus hijos en mejores colegios, pero eran “rascas”, “picantes”, hasta “rotos con plata” podían decir algunos más duros. Fueron objeto de burlas, de sketchs humorísticos. Cometieron muchísimos “errores” a ojos de los cuicos.

Han pasado casi 25 años de ese entonces, y claro, los hijos de esas personas crecieron, estudiaron, y ya son adultos. Estos son los cacos. Segunda generación de “new rich” si quieren. O personas cuyos papás se dieron cuenta que había que “tocar las teclas correctas” para que sus hijos surgieran. Tocar las teclas correctas significó elegir un “buen” colegio, una “buena” comuna, un “buen” lugar de veraneo, y una serie de detalles. Gracias a esas “gestiones”, estos hijos se “refinaron”, se “pulieron”, entraron a buenas carreras, y lograron entender mucho más del mundo cuico. Entender y adoptar los “basics” (palabra en inglés, no es que me haya equivocado) de los cuicos. Se dieron cuenta que era mal visto andar con buzo en el mall el fin de semana. Se dieron cuenta que demasiada ostentación no era buena (ojo que dije “demasiada”, porque no la eliminaron completamente). Se dieron cuenta de algunas palabras que no se podía decir (ojo que dije “algunas”). Y también se dieron cuenta que ellos realmente no eran cuicos-cuicos, pero tampoco eran rascas.

Los caco efectivamente pueden pasar como cuicos. De hecho, para toda la población no-cuica, los caco son cuicos. Pero los caco no tienen historia de cuico. Esa es la diferencia. Se podrían llamar cuicos novatos.

Los caco le ponen nombres muy normales a sus hijos. Demasiado normales. Nombres que los cuicos usaban hace años (que todavía usan, pero menos). Nombres caco son Rodrigo, Catalina, Valentina, Sebastián. Nombres estándar, que no le molestan a nadie. 
Los caco también veranean en lugares estándar, que no llamen mucho la atención, pero que sea un rico lugar, que tengan entretenciones, buena playa, harto que hacer. Por ejemplo Pucón, por ejemplo Algarrobo (San Alfonso del Mar). A los caco les encantan las playas del Norte, La Serena, Puerto Velero, Las Tacas. Nada de Cachagua (mala la playa), nada de Santo Domingo (mucho viento).

A los caco les gusta viajar (a estas alturas, ¡a quién no!). A lugares estándar. No van al sudeste asiático ni a Guatemala ni a Panamá ni a Sudáfrica. Van al Caribe, a Buenos Aires, a Brasil. Tal vez a Europa. Tal vez a Nueva York. Pero les gusta más el Caribe con sus hoteles todo incluido. No rasquerías, obvio. Seguramente van a ir a un Iberostar o a un Riú, y seguramente ya no van a Cancún, pero sí a Playa del Carmen y Punta Cana.

A los caco les matan los autos “ricos”: Audi, BMW, Volvo. Los caco también son buenos para la tecnología, le encanta la tele grande, el último IPad, el último WII, el último gadget siempre lo van a tener los caco. Le gusta mucho la ropa de marca, pero de las tradicionales marcas, como Lacoste, Polo, Nautica. Tienen esa herencia de sus papás, esa cosa ostentosa. Como dije antes, algo les queda.

Los caco en general  son mucho más liberales que el promedio de los cuicos. No es tan raro que un caco se vaya a vivir con su pololo/a antes de casarse. O tal vez se casen por el civil y se van a vivir juntos en ese minuto, antes del matrimonio religioso. De hecho, es probable que se casen por la Iglesia más bien por el “concepto” (novia vestida de blanco, fiesta, etc.) que por la parte religiosa en sí. Porque los caco no son muy religiosos. Los caco no distinguen entre los colegios Legionarios, los de Schönstatt, o los del Opus. Probablemente ni siquiera saben que los colegios Opus son llamados colegios Seduc. A los caco le gusta el colegio “brit”, el colegio ABS (Association of British Schools). Porque para el caco, saber inglés es fundamental. Basan su decisión del colegio para sus hijos principalmente en el inglés, pero también en resultados objetivos: PSU, SIMCE, deporte. Por supuesto la infraestructura es primordial. Al caco no le interesa particularmente el ambiente, porque asumen que en esos colegios el ambiente es bueno. Los cuicos son mucho más fijados en el ambiente y ponen mucho más restricciones en ese sentido. Prefieren un colegio con mejor ambiente, aunque no tenga mucho inglés ni mucho deporte (ver post de los colegios).

Los caco son infinitamente más gozadores que los cuicos y tremendamente sociables. Aman la vida en comunidad, juntarse con los vecinos del condominio, del edificio, de la plaza, con los papás del colegio. Para eso necesitan grandes espacios, por eso hay mucho caco en Huechuraba, Chicureo, Colina y Peñalolén (donde los terrenos son más grandes). Les encanta invitar amigos a su casa y hacer asados. Tienen obviamente un quincho híper equipado con parrilla automática, sector para el cordero al palo, sistema “surround” con parlantes en el techo, paneles para calefaccionar el quincho – se hacen asados invierno y verano, obvio – y todo el equipamiento necesario (que les encanta mostrar a sus amigos, cacos o cuicos). Idealmente el asado tiene que incluir karaoke. Nada mejor que el karaoke para los caco. Tienen 20.000 canciones, varios micrófonos, telón, proyector, y un cuanto hay de tecnología karaoke. Los cumpleaños de los caco también son muy entretenidos. Es muy común que un cumpleaños de un caco termine con “bailongo”. A sus hijos les hacen cumpleaños bien producidos, con todo tipo de entretenciones. Para un cuico, ir a la casa de un caco es un momento de liberación, donde puede bailar, cantar, “hacer el loco” sin miedo al que dirán. En el peor de los casos, si alguien lo llegara a cuestionar, puede argumentar que estos amigos son “así”, pero que son tan buena onda.

Los caco no son de dato (los datos son un “must” para los cuicos). Nada de maestro que hace los muebles, ni las tortas de La Serena. Torta de merenge-crema ya no, eso ya lo aprendieron. Compran torta de milhojas o incluso de panqueque, pero de Las Palmas, nunca las de Violeta. Tampoco conocen las sillas Valdés (ni el maestro que hace las mismas sillas Valdés, pero mucho más baratas) ni el Taller Maíz (de lámparas, para los que no saben. Es un dato, obvio).


Las casas de los cacos son “piolas”, con buen gusto, pero sus muebles en general son de grandes tiendas, jamás de algún maestro o del Parque de los Reyes. Tampoco van a invertir en cuadros caros. Tal vez tengan un grabado de un pintor famoso (o pintora famosa, no se me vayan a sentir los igualdad-de-género-lovers), pero jamás de alguno emergente. Porque los caco no innovan, no se arriesgan. Jamás un caco recién casado pondría por ejemplo una lámpara de lágrimas (un “must” entre los recién casados cuicos, hace varios años ya). Van en general un par de pasos más atrás que los cuicos. Tienen que irse a la segura.  Porque al caco igual le da terror ser tildado como siútico, o peor, como rasca. Están recién entrando en la fauna cuica, son los pajaritos nuevos, todavía están en observación. En general aprueban, y los cuicos los aceptan y los incorporan, pero todavía les falta aprender, les faltan detallitos. Probablemente sus hijos, o sus nietos (¡o sus bisnietos!) logren finalmente ser cuicos-cuicos. Van bien encaminados, eso no se puede negar. Y es posible que los cuicos sean cada vez más "tolerantes" y terminen mimetizándose mucho más rápido, aunque sigan diciendo "hermoso".

lunes, 2 de junio de 2014

Mamás Cuicas (parte III): La Cuica Clueless



La cuica clueless (término en inglés para “despistada”) es la que, en lo que a asuntos colegiales se refiere, está “en la luna”. No importa que sea una ejecutiva exitosa o que no trabaje, para ella el tema del colegio la confunde, y le encanta hacerlo notar: “es que soy tan volá, nunca cacho nada”.

La cuica clueless es la que no sabe en qué letra (de curso) está su hijo, por lo tanto para el día de la madre va sala por sala buscándolo; “ay, siempre me pasan estas cosas”, se justifica - sonrisa en la cara - cuando entra a cada sala, recibiendo miradas de odio tanto de las besis como de las empoderadas. Las besis, porque no entienden cómo alguien puede no estar pendiente de cada cosa que pasa en el colegio, y las empoderadas, porque no entienden cómo si ellas, con todo lo que tienen que hacer, saben perfectamente las cosas más básicas, haya algunas que no logran coordinarse.

La cuica clueless nunca se aprende los nombres de otras mamás (y también lo hace saber); “ay soy tan mala para los nombres, nunca me los logro aprender”, y mucho menos de los amigos de sus hijos o de la miss (así se le dice a la profesora en el 99% de la población cuica). Es muy probable que diga que se le confunden entre los del año pasado o entre los de los otros hijos. Lo más importante de la cuica clueless es que todos tienen que saber que ella es despistada, “volada” (es su palabra favorita), lo cual siempre dice en tono como si fuera una virtud más que un defecto.

La cuica clueless manda a su hijo con buzo el día que avisaron (por todos los medios) que tienen que ir con uniforme completo o la que nunca manda el cuadradito de lana o cualquier campaña social que haya. O tal vez mande arroz al curso que hay que mandar tallarines. O capaz se le olvide firmar la comunicación para que vayan al paseo a Kidzania, y llamen del colegio para preguntarle si autoriza a su hijo (que probablemente está llorando), y ella con toda calma diga que sí, que obviamente (además usa un tono muy amistoso que genera la simpatía del (en principio enojado) coordinador que la llamó), salvando a su hijo al último minuto.

La cuica clueless pareciera que no mira los whatsapp del curso, pero la verdad es que sí los mira, pero no retiene (o no quiere retener). Si alguien manda un whatsapp diciendo “mañana hay misa de curso con los niños a las 8:10”, la cuica clueless va a responder (un par de horas después), “¿a qué hora es la misa?” o capaz pregunte si es en la mañana o en la noche.

La cuica clueless es la pesadilla de las besis (y de las delegadas). No importa cuántas veces le expliquen y le recuerden las cosas, la cuica clueless SIEMPRE va a salir con alguna duda básica o va a entender al revés.

No es que la cuica clueless no se preocupe por sus hijos, es simplemente que es “volada”. A la cuica clueless no se le olvidan los turnos o llevar a sus hijos al doctor. Lo que no logra retener son nombres, cursos, fechas, horas, lugares, direcciones. Por alguna razón siempre anda perdida con esas cosas. Logra llegar finalmente, pero después de haber preguntado repetidas veces. Obviamente no va a saber dónde es el cumpleaños de algún niñito, porque no sabe dónde dejó la invitación. Probablemente ni siquiera sepa de quién es, y cuando llegue al cumpleaños, no va a saber jamás quién es la dueña de casa, porque ella es tan “volada” que nunca se acuerda tampoco de las caras. Y le va a comentar a otras mamás, “es que nunca cacho nada, que atroz”, pero con un tono de preocupación del mismo nivel que si estuviera contando que se murió una hormiga en India.

La cuica clueless como que se impacta de que haya otras mamás que sepan las cosas. Generalmente la cuica clueless se “hace” de una informante/ayudante/salvadora, que es probablemente alguna besi u otra mamá de buena voluntad, a la que siempre va a llamar para preguntarle de quién es algún cumpleaños, dónde queda una casa, cuándo es la comida de curso, o cualquier otra duda. La informante/ayudante salvadora tirita cada vez que ve en su celular el nombre de la clueless, porque ya se imagina que le va a preguntar algo que ya se ha dicho hasta el cansancio. Pero le sigue contestando, porque la cuica clueless – muy clueless será, pero no tiene un pelo de tonta – sabe “sobarle el lomo” (perdón el término vulgar) a su salvadora y cada vez que le pide algún tipo de ayuda, termina la conversación con un “TE AMO, eres seca” (entiéndase este “te amo” en un tono cuico-nada-que-ver-con-los-te-amo-mami-que-se-pueden-escuchar-en-otros-segmentos-de-la-población), o “TE PASASTE, eres mi IDOLA”, con lo que la pobre ayudante queda con su ego un poco más alto y una sensación de estar un paso más cerca del cielo por ayudar a esta pobre ave (aunque esa sensación le dure un segundo, antes que la cuica clueless vuelva a mandar un whatsapp preguntando qué día de la semana van con buzo (aunque sea octubre y lleven 8 meses yendo con buzo todas las semanas el mismo día)).

En el fondo la cuica clueless sabe que siempre va a haber alguien que sepa las cosas, por lo tanto no le parece necesario aprénderselas, memorizarlas, ocupar tiempo y espacio en su cabeza para cosas que de todas maneras va a lograr saber. Y si algún día llega tarde a algo o tiene que pasar por un par de salas antes de llegar a la de sus hijos, qué importa si igual lo logró. La cuica clueless en el fondo no se estresa y además confía ciegamente en otras mamás que siempre la van a socorrer.


Y probablemente las cuicas no-clueless deben estar gozando leyendo este post, y mandándoselo a las cuicas clueless, que OBVIAMENTE no van a saber abrir el link y van a llamar a la misma que se lo mandó para que le explique cómo abrirlo, “es que yo soy tan mala para estas cosas tecnológicas”, le va a decir.