
El cuico supremo es “the
real” gente linda. Hombres, mujeres y niños supremos. Todos lindos. Todos de
revista. De hecho son los que salen en la vida social de las revistas y diarios,
tipo la ED, Vida Social de El Mercurio o la Tendencias de La Tercera.
Su cuiquería es mucho más
profunda (o elevada) que la de cualquier cuico. Son el primer eslabón de la
cadena de cuicos. Son tan cuicos que ni siquiera necesitan ser arrogantes. La
cuiquería les sale por los poros. Irradian glamour. Destacan solos. Ni siquiera
necesitan ponerles nombres rebuscados a los hijos, con un Diego, Martín, Tomás,
Catalina, o Trinidad basta. Como mucho
Mateo. El resto lo hace su “supremismo”.
El cuico supremo puede encontrarse en diversos colegios, dependiendo un poco del subtipo que
sea (supremo progre, supremo seduc, supremo agrónomo, etc.), pero sí hay una
concentración mayor de cuico supremo en el San Benito, Villa María y Verbo
(Divino, se entiende).
El cuico supremo no tiene parientes pobres, porque normalmente se casan entre ellos, o como mucho, con
algún cuico no supremo. Pero siempre cuicos. No es raro que un cuico supremo
tenga un antepasado presidente (de la época en que los presidentes eran
realmente cuicos) tipo Manuel Montt o Aníbal Pinto o José Joaquín Prieto.
El cuico supremo es muy preocupado de los "más necesitados", seguramente tienen a su "nanita" de toda la vida, incluso puede que viva un hijo de la "nanita" en la casa con ellos. No lo hace tampoco en un afán de lucirse, todo lo contrario, a ellos les parece de lo más natural y lógico ser amable con todo el mundo, para qué andar poniendo "la pata encima". Ellos saben que eso es de "rotos" (aunque jamás digan esa palabra en público). Son "gente", en el más amplio sentido de la palabra, y con un sentido social bastante arraigado. El cuico supremo tiende a ser más RN o DC que UDI.
El cuico
supremo es achoclonado, su familia suprema es enorme y obviamente hacen una “Pascua
(a.k.a. Navidad) de los XX (inserte apellido de familia suprema en las XX)” en
la casa de la matriarca o el patriarca (que obviamente tienen una casa
preciosa, nada de departamento cayéndose a pedazos en Providencia como puede
ser el caso de otros abuelos cuicos no supremos). Obviamente hacen un pesebre
vivo, con el (bis)nieto más chico haciendo de Jesús (que obviamente es lindo
como de revista, ya sabemos). Obviamente todas las niñitas vestidas de blanco,
sobrias, nada de rococó, pero preciosas. Posiblemente si son cuicos supremos
agrónomos, esa celebración se hace en la casa centenaria del fundo que
obviamente está impecable. Sobrio, pero impecable.
En general, además de la Navidad, al
cuico supremo le encantan las celebraciones familiares de esas grandes,
esas que celebran los 50 años de casados de los abuelos, los 65 años del papá,
los 30 años de la nueva casa del campo, lo que sea. Nada le gusta más al cuico
supremo que estar con toda la familia, tíos, primos, abuelos, todos. El cuico
supremo es seguramente el que “inventó” el concepto de los “viajes familiares”.
Esos viajes de 30 ó 50 personas, inolvidables, de antología, que ahora es tan
común en el cuiquerío. Porque el cuico supremo es así, a él se le ocurre algo y
el resto del cuiquerío lo imita.
Son socios de
clubes, pero de los tradicionales, como el Polo o el Club de Golf Los Leones, o
las Rocas de Santo Domingo. Nada de Hacienda Santa Martina ni otros clubes
“advenedizos”. Estos cuicos supremos llevan generaciones siendo socios de esos
clubes, llevan generaciones veraneando en Zapallar o en Santo Domingo. Tal vez
en lugares distintos: sé de cuicos supremos que han veraneado “toda su vida” en
Guanaqueros, Caldera, Los Vilos, incluso en Hornitos (y todos sabemos quiénes
son). O tal vez encuentren nuevos lugares para veranear, como Huentelauquén, el
nuevo must del cuico supremo.
Son
innovadores, sí, pero no en un afán “separatista-del-resto-de-los-cuicos” como
los cuicos progre, sino porque les dan ganas. De alguna manera son más libres
que el resto de los cuicos. Porque son tan cuicos, que no es tema para ellos.
Su cuiquería no está cuestionada, por eso se pueden tomar libertades. Incluso
se pueden dar el lujo de tener conductas “no cuicas” como “ser payasos”, cantar
karaoke (como los caco, por ejemplo), hacer show en los matrimonios, porque
su cuiquez nunca va a estar en juego. Si un cuico supremo dice alguna palabra
“incorrecta” (para el cuiquerío), el resto del cuiquerío va a entender que lo dice en broma o
definitivamente esa palabra la va a adoptar el resto del cuiquerío. Es muy
probable que la palabra “cine” la haya empezado a decir el cuico supremo antes que el resto de los cuicos.
El cuico supremo
es híper ultra viajado, mucho más que el resto del cuiquerío, pero no hace
alarde de sus viajes. Conoce obviamente lugares muy exóticos (si por exóticos
piensan en el Sudeste Asiático, en serio no conocen a los cuicos supremos), han
probado las comidas más raras, y tienen sus destinos regalones como Nueva York,
que conocen como la palma de su mano, donde no van a ver un musical (porque ya
los conocen todos), sino a la Ópera en el MET. Donde probablemente ni pisan
cosas tan obvias como el Central Park, sino que se sienten más a gusto en el
Meatpacking o su adorado SoHo.
El cuico supremo
tiene buen gusto en el alma, por lo que sus casas son siempre preciosas (de
revista), aunque te cuenten que pusieron algo por aquí y por allá, que eso lo
compraron en el Homecenter y eso otro en una venta de garage o en algún bazar
(la cuica suprema es la que inventó esto de los bazares, tan de moda
últimamente). Al cuico supremo no le complica la decoración, le sale fácil. Igual
que vestirse. Se ponga lo que se ponga, se va a ver bien. Seguramente fueron las
cuicas supremas las que partieron comprándose zapatos (y ropa) en el Líder
(práctica tan arraigada en el cuiquerío hoy en día). No tienen ningún problema
en combinar esa ropa del Líder con algo traído del Gran Bazar de Estambul y
mezclado con algo de alguna tienda de Facebook (otra tendencia que partió con
las cuicas supremas). En el cuico supremo aplica el dicho “aunque la mona se
vista de seda, mona queda”, pero al revés.
Todos los
cuicos son buenos para los “datos”. Pero los cuicos supremos son el “origen de
los datos”. Ellos son los que descubren los datos y los “chorrean” al resto del
cuiquerío (porque no son egoístas). Ellos descubrieron al maestro que les hace
los muebles a Urbanito, las mudanzas El Hombre, la señora que trabajó para
las tortas de La Serena, pero ahora las hace ella sola (y más baratas) (Ya, si
sé que quieren el dato. Tienen que conocer a un cuico supremo para que se los
dé).
Todos los
cuicos manejan redes de contacto. Pues bien, el cuico supremo es EL contacto
que el resto del cuiquerío quiere tener. Tener de contacto a un cuico supremo
abre muchas puertas. El cuico supremo puede conocer a personajes tan disímiles
como don Francisco, un cura tipo Felipe Berríos (del que hablan como “Felipe”),
alguien como Mauricio Larraín (al que tratan de Mauricio o tal vez Mauro) o a
Don Rogelio, el verdulero de Luis Pasteur, ahí donde están Las Rosas Chicas. El
cuico supremo no discrimina. Cualquier contacto que pueda ser potencialmente
útil le sirve. El cuico supremo es como el director de orquesta de los cuicos,
ellos son los que mueven los hilos del mundo cuico. Ellos pueden “levantar” un
restorán (pensemos en el Margó, por ejemplo) o un café, pueden hacer conocido a
un postre (pensemos en el Tres Leches de la Laura R, ya conocido hasta por los
cacos), lo que sea.
El cuico
supremo, en el fondo, va varios pasos más adelante que el resto del cuiquerío,
no en términos “progre” (aunque puede existir la combinación supremo-progre),
sino porque su cuiquería viene de varias generaciones antes que el resto, y eso
los hace marcar la pauta dentro del cuiquerío. Son los “trendsetter” de los
cuicos. La cabeza de la pirámide cuica.
P.D.: Si quiere comentar que en
realidad esto es una estupidez y que no hay gente de “alcurnia” porque todos
los que llegaron a Chile eran unos muertos de hambre y que estos post en nada
contribuyen a hacer de Chile un país más equitativo y justo, y que por culpa de
gente amargada como yo es que este país está como está y todas esas cosas…AHORRÉSELO.
Vaya y haga su propio blog o libro o mande una carta al diario. Yo hago esto
para reírnos de nosotros mismos. No para hacer análisis socio-históricos de
nada ni menos atacar a nadie. Asique usted tampoco me ataque a mí. ¿Estamos?
Estamos.