Cuicoterapia

Cuicoterapia

lunes, 25 de abril de 2016

LA GORDA

Después de más de 1 año sin actualizar el blog, les dejo mis nuevas columnas, esta vez en www.women-talk.com sección Puntos de Vista (aquí el link: http://www.women-talk.com/#!/allblogs?author=2131 ). 
La nueva serie de columnas hablan de #LAGORDA, o sea yo, y su particular visión del mundo.
Espero que las disfruten!!


lunes, 29 de diciembre de 2014

Cuicoterapia, el libro: Mi 1° vez...en TV (cable)


Desde que el blog empezó a “agarrar vuelo”, he ido a varias radios a dar entrevistas, también me han entrevistado en revistas y diarios. Pero a la tele le había estado haciendo el quite, a pesar de haber recibido varias invitaciones, de varios canales. Sólo de pensar en mí misma, con mis 15 kg de sobrepeso, más los 5-7 kg que “agrega la tele”, más mi voz gorda, mi pestañeo incesante, mi falta de ropa adecuada, mis manos sin uñas decentes, y un sinfín de problemas de esa calaña, me daba un soponcio máximo.

Sin embargo, ahora que salió el libro, lo que significa algo de “ingresos” para mí, tuve que vencer mi pudor televisivo, y partí hace un par de semanas a grabar un programa. Del cable, al menos. No tanta exposición. Mi lógica fue “qué tanta gente puede ver ese programa”. Así y todo me era un poco terrorífico. Después de un arduo pensamiento, me puse algo neutro, una polera/blusa negra q disimula mis rollos, una pollera (no falda, ok?) negra con unas pocas flores, no tan corta, etc. Fue tan apurado que no alcancé a “hacerme las uñas”, y sólo pude arreglarme las cejas myself.

Llego al “canal”, y me hacen pasar a la sala de maquillaje. Les reconozco que me sentí muy importantona, esto de sentarse y que te pongan esos pañuelitos al borde de la blusa para no mancharte. So famous. Me tenía sumamente nerviosa el hecho que me dijeron que llegara sólo 15 minutos antes de empezar a grabar. 15 minutos! En la peluquería jamás me he demorado menos de 1 hora. Pero bueno, la maquilladora y peinadora, SECAS, efectivamente a las 7 en punto me tuvieron lista, no sé cómo. Y de ahí a esperar. Yo tratando de conversarles a las niñas, mega huasa les preguntaba todo. Y de repente aparece un famoso. El señor del tiempo. Ja Ja Ja. Fue lo más famoso que vi. Ah, y después cuando estuve lista y me “llamaron”, en unos minutos q esperé en el pasillo apareció un séquito de gente y sentía como la gente murmuraba, y bueno, después supe que era Ismael Serrano. Lo deduje sólo porque tenía una guitarra y porque antes habían comentado que estaba. Súper culta yo. OK NOT.

Después aparece un tipo, productor o quién sabe el nombre, porque en este mundo de los medios hay un sinfín de personajes que tienen tareas muy específicas y uno nunca sabe quién es quién. Como sea, este tipo procedió al ítem poner el micrófono, y una cajita que se pone en la espalda. El pobre me pedía perdón cada 2 segundos porque en el fondo la cajita esa queda como casi en el poto, entonces era un poco peligrosa la maniobra de instalarla. Lo mismo del micrófono, tenía que pasarlo por debajo de la blusa (eso lo hice yo, obvio), y después engancharlo como en el “escote”. Eso fue un poco tenso. Más encima me pide que me enrrolle más mi collar (de bisutería, pero herencia de mi abuela igual) para que no choque con el micrófono. Eso me estresó más porque ya no tenía espejo para revisarme y según yo, el collar con 3 vueltas iba a hacerme ver con un cuello gordo. Más gordo aún. Pero no me quedaba otra.

De ahí al estudio. Era el mismo del noticiario (o noticiero?) central, pero por un lado. Menos mal había poca gente y menos mal no hacía calor, porque yo soy tremendamente transpirosa. Había otra serie de personajes, una niña que después me dijeron que se llama algo como “encargada de sala” o “encargada de piso”, que es la que le da las instrucciones al conductor. Unos camarógrafos, y en la entrada, un tipo bien destartalado, entradito en carnes, con su correspondiente identificación colgada al cuello, pero que nunca supe qué hacía. La única pista eran unos vasos de agua que había en la mesa donde él apoyaba su codo. Sería el aguatero? Existirá ese concepto? En cualquier caso a mí no me ofrecieron agua ni nada por el estilo.

En algún punto empezó el programa, que era como una entrevista. Me tenía nerviosa qué hacer con mis piernas, si las cruzaba hacia el lado de las cámaras, se me iba a engordar la pantorrilla, si las cruzaba para el otro lado, se me iba a ver “mucha pierna”. Si las dejaba juntitas bien lady, estaba incómoda. Al menos estaba sentada bien derechita por esa cajita del micrófono que no me dejaba “echarme”. Igual sé que de repente me rasqué la nariz, o la cara, seguramente hice gestos raros, y además de todo, y esto es lo peor, hablé como siempre: o sea mucho. Nunca he tenido capacidad de síntesis, y en estos programas cortitos hay que saber resumir. Pues bien. No lo logré. Igual no fue tan atroz, no tuve voz de nerviosa ni nada de eso. Pero sentía esa maldita cámara apuntando mi perfil, que es lo que más odio en la vida: mi perfil sin pera y con mi mega nariz y mis mofletitas.

El programa salió el viernes (19), pero no lo vi, y el sábado (20) mi marido estaba haciendo zapping y de repente vi una cara “conocida”: YO. Y ahí lo estuvimos viendo, yo con ojos entrecerrados porque me daba como monos. Pero después de todo no fue tan atroz. Gordita sí, pero no una gorda macabra, una gordita amorosa. Mi voz gorda, un poco menos gorda de lo que pensaba. El estuco era tanto que no se me veía ninguna imperfección en la cara. Y mis gestos de manos me hacían parecer súper profesional. La capacidad de síntesis nula, lo que confirmó mi teoría. Al menos ya sobreviví. Ahora vamos a ver qué pasa si alguna vez tengo que ir a la televisión abierta!

pd: después de este programa fui a un "Late", después contaré esa experiencia. 
pd2: aparentemente la otra semana voy a un matinal. De terror.

Yo, muy profesional (si oh)

lunes, 22 de diciembre de 2014

Cuicoterapia, el libro: reacciones de cuicos

Desde que apareció mi libro, y en realidad mucho antes, desde que lo empecé a escribir (bueno, no fue tanto antes tampoco), mi círculo de familiares y amigos, la gran mayoría cuicos de diferentes tipos, me han hecho sus comentarios y reacciones.

Así por ejemplo (en el libro, cada tipo de cuico tiene su ilustración, aquí pongo algunas. Las ilustraciones son de Alvaro López, http://www.mutante.tv )

Un cuico agrónomo, ya mayor, me dijo que el título de ese tipo de cuico debería haber sido “cuico agricultor” porque “los que estudiaron agronomía no son necesariamente como nosotthros (los verdaderos cuicos agricultores)”. Otro cuico agrónomo, joven, me dice que ya no existen de esos cuicos agrónomos tan “apatronados”, que ya están en retirada, que ahora son mucho más “normales”. Pero yo lo veo y esa deferencia con los inquilinos sigue intacta.  

Los cacos, 100% hinchas, muy orgullosos y además muy chochos de contarle a sus otros amigos caco que conocen a la autora de Cuicoterapia. Ven que los contactos de los caco son más limitados, y dadas las circunstancias, pasé a ser un “contacto deseable”. De hecho a una amiga caco, una vecina (recuerden que son muy cercanos con sus vecinos) le dijo que no podía ser que ella fuera amiga mía, si no teníamos nada que ver. Caco clasista no más. Y lo digo aquí en público: caco vecina de mi gran amiga caco: sí, ¡¡¡somos muy amigas!!! #inyourface


Los CME (clase media emergente, para los que no han leído el libro) están siguiendo atentamente cada entrevista y reportaje relacionado con el libro, probablemente tratando de aprender y conocer más la realidad cuica para poder imitarla de mejor manera. Creo que vamos a empezar a ver CME hablando de anteojos en vez de lentes en un corto plazo. Y probablemente ahí va a ser cuando los cuicos empiecen a hablar de lentes ja ja ja.



Los cuicos seduc, con su estilo siempre tan amable y educado, me han felicitado con hartos signos de exclamación, usando términos como “seca!!!!!!!” “te pasaste!!!!!!”. Muy amorosas, debo decirlo. Otros seduc han sido un poco más reservados para sus comentarios, probablemente porque les “duele” un poco mi burla. Uno me dijo “estoy “pensando” comprar tu libro”. Probablemente hay un conflicto interno en él, entre poder reírse de su especie, o ver, con estupor, cómo se revelan las intimidades seduc. A los cuicos pernos les pasa parecido, se ríen mucho, pero mantienen algo de reserva también. Yo creo que tienen sentimientos encontrados: por un lado están felices que me vaya bien con mi libro, y lo encuentran divertido y todo, pero por otro lado también hay un cierto resquemor de leer cosas de su intimidad y “trancas”.  

Las cuicas clueless, adivinen: obvio que ni idea del blog, ni del libro, ni de nada. En un ataque de autobombo, y rompiendo mi ley de no-hablar-de-cosas-extracolegiales-en-los-whatsapp-de-los-cursos-de-los-niños”, mandé información para promover mi libro. Y, por supuesto, las clueless saltaron con un “¿qué? ¿Cómo? ¿Escribiste un libro? ¿Y de qué se trata?”. Por supuesto, las empoderadas ya estaban totalmente enteradas, vía redes sociales probablemente, o gente de su oficina. Las besis, en el fondo no se interesaron mucho. Tal vez si el libro hubiera tratado de anécdotas colegiales, les habría interesado más. Las naif un poco como las clueless, sin cachar mucho, pero muy tiernas, celebrando mi logro.



Las viejas cuicas en general han sido muy hinchas, para ellas es lo máximo esto de ver descrito todo lo que ellas siempre han sabido y aplicado. Al fin alguien que las entienda, no sólo por la descripción de ellas mismas (eso no les gustó tanto), sino por este mundo cuico que ellas tanto protegen y defienden. He recibido comentarios de la talla de “genia”. Jaajajaja.


El cuico consolidado, con un somero “buena”, y anormalmente preocupado de las ventas. Al punto de preguntarme diariamente “¿cómo van las ventas, has sabido algo?”. No saben que aunque venda toda la 1° edición y aunque salgan varias más, no me “forraría”, que es lo que ellos se deben imaginar. Más allá de eso, su interés es limitado.


El cuico progre. Uf.  La gran mayoría de los cuicos progre se han tomado este asunto “a bien”. Pero la verdad es que casi ninguno se reconoce como progre. Yo creo que les da como “pudor” reconocer que son tan onderos. Siempre es: “conozco a tantos así”. Pero nunca se asumen como tales. El caso más curioso es de una cuica progre, que definitivamente me quitó el saludo. No estoy exagerando. ¿La razón? Entre los nombres de niños progres, estaba el de su hija y el de hijos de otras amigas de ella (y ex mías, al parecer). La verdad es que ha sido el momento más incómodo ese de saludar a esta persona y que se quede tiesa como momia, sin mirarme, sin emitir sonido ni hacer movimiento. Nunca me había pasado, les juro. Pero bueno, así es la vida, ¡¡no se le puede caer bien a todo el mundo!!



En general, todo el cuiquerío ha tenido una buena reacción ante el blog y ante el libro. De hecho, muchos se declaran “fan” o “fans” jaja. Yo pienso que a todos nos gusta sentirnos parte de algo, sentirnos “normales”, al menos a nosotros los chilenos que somos por definición inseguros. Ya, obvio que muchos van a saltar diciendo que él/ella no, que le da lo mismo y que se siente súper seguro. OK, se los concedo, pero en el fondo del corazón igual es rico sentirse identificado con algo, como que da una sensación de pertenencia. Pensaba en Los 80, al final yo creo que una parte del éxito fue la producción, el cuidado de los detalles, de que todos dijimos “oh, yo tenía ese mismo cuadro/decoración, etc.”. No quiero ni tratar de ponerme a la altura de Los 80, pero al final es lo cotidiano lo que nos hace “click”.


Y como autobombo final, les cuento que en poco más de 1 semana en librerías, Cuicoterapia está en el lugar 8 y 7 del ránking de La Tercera y El Mercurio (respectivamente), de libros más vendidos de la semana. ¡¡Asique a comprarlo antes que se agote!!

lunes, 1 de diciembre de 2014

Cuicoterapia, el libro

Queridos todos, 
con mucho orgullo les cuento que mi libro Cuicoterapia ya está listo, sale a la venta el fin de semana del 6-8 diciembre. Ustedes, fieles (o no tan fieles) lectores del blog son una parte importante de que este libro haya salido a la luz, con sus comentarios y visitas, asique muchas gracias a todos!! Como adelanto, la tapa y contratapa:




Estará a la venta en las principales librerías, ya que la Editorial es Planeta, muy grande y con muy buena distribución!!
También estará disponible como EBOOK!!!
El libro tiene más del doble del contenido del blog, con al menos 7 tipos "inéditos" y conceptos generales de todos los cuicos que no se han tratado en el blog. 
¡¡¡Un imperdible este verano!!!

¡¡Compren su copia antes que se agote!!

lunes, 17 de noviembre de 2014

Mamás Cuicas (parte IV): Cuica Naif



(Este es mi último post pre-libro. El libro viene con hartos perfiles nuevos y los perfiles ya publicados acá están actualizado y profundizados, más toda una primera parte introductoria de temas generales de cuicos, no se lo pierda! desde diciembre a la venta)

La cuica naif es esa cuica que vive en un mundo paralelo. Es «pariente» de la cuica clueless, en el sentido de que no está muy alerta a lo que pasa, pero la cuica naif tiene esa cosa ingenua, casi infantil. Es muy dulce, muy amorosa y muy preocupada.

La cuica naif no cree en la maldad de la gente, y si llega a creer, sufre por ello. Ella de verdad ruega por la «paz del mundo», igual que las candidatas a Miss Universo. La cuica naif no se entera mucho de lo que pasa en el planeta; sabe que hay unas guerras por aquí y por allá y que algo pasa con la economía, pero en general no tiene mucha opinión sobre la contingencia. De hecho, lo que sabe es lo que sabe su marido. La cuica naif admira a su marido por sobre todas las cosas. No es que sea una geisha (puede serlo, pero no necesariamente), pero para ella su marido es la persona más inteligente y seca de la tierra. Ella confía ciegamente en las decisiones y opiniones de su marido.

Es probable que la cuica naif no trabaje, entonces su marido es su contacto con el mundo exterior. Por supuesto, está muy dedicada a los niños, pero no en un estilo tan «mateo» como el de las besis. Sí se preocupa de ellos, siempre, pero más que todo le gusta «estar» con ellos, compartir actividades con ellos (pintar, cocinar, jugar con plasticina), tenerlos bien vestidos, darles la comida, bañarlos, contarles cuentos, todo lo que digan los libros de autoayuda para padres. Porque la cuica naif «compra» todo lo que lee y escucha. Si sale un artículo que dice que las vacunas son malas, se espanta, lo comparte en Facebook y probablemente llame al pediatra para preguntarle si es verdad; es común verla pregonando sobre los «estudios» que ha leído sobre tal o cual enseñanza, enfermedad o cualquier tipo de información relacionada con la familia. Se toma muy en serio su rol de mamá y señora y trata de cumplirlo a cabalidad: hay que dejar tiempo para estar con el marido, los niños tienen que tener una rutina, etc.

Obviamente, la cuica naif les restringe a sus hijos las cosas «ricas», solo las pueden comer el fin de semana o cuando la ocasión lo amerite. Tiene un sofisticado sistema de recompensas y castigos, seguramente en algún mural donde pone estrellitas para que sus hijos se motiven a portarse bien. Si se portan mal, los manda un tiempo afuera y, como dicta la «psicología», después conversa con el hijo (aunque tenga dos años) sobre cómo sus actos acarrean consecuencias y le transmite que no es que ella no lo quiera, sino que lo adora y quiere que entienda. Ella trata de ser consecuente, no importa cuán cansada o aburrida esté, ella no transa los horarios, las rutinas ni los sistemas de aprendizaje. Y cuando se junta con sus amigas, el tema de conversación es todo lo que hace y no hace para luego repetir (como loro) lo que ha leído en los artículos, asumiendo que es la verdad absoluta y que no existe otra forma de criar a los hijos o relacionarse con el marido.

Ahora bien, no es que esto sea malo en sí, el problema es que en la vida real las cosas no funcionan a la perfección. Y de repente un hijo sale más mañoso o más rebelde; quizás le pega a otros niñitos en el colegio. Y ahí es cuando la cuica naif entra en colapso, porque no logra entender cómo, si ha cumplido al pie de la letra todas las «instrucciones» para ser mamá, su hijo «falla». Por supuesto, en ese momento recurrirá a otro tanto de literatura o se cansará de buscar en Google dónde está el problema o cómo se puede solucionar. Es muy probable que pida entrevista con la profesora una y otra vez o que lleve a su hijo a una psicóloga, lo que sea con tal de salir de este impasse. El marido, que generalmente es muy paciente, la escucha, la apoya, la acompaña a las entrevistas y hasta capaz que lea los artículos que le manda su señora.

Es altamente probable que la cuica naif salga con su marido una vez a la semana, los dos solos, tal como se recomienda, y probablemente se manden unas escapaditas de fin de semana, pero porque eso es lo que hay que hacer para mantener vivo el matrimonio. Seguramente, no es muy esquiva con el marido a la hora de la «intimidad» y mantiene una «rutina» en cuanto a la frecuencia sexual, porque ella entiende que eso le hace bien a la pareja y que ayuda a mejorar la relación y a mantenerse cercanos.

La cuica naif es seca para las manualidades: pintura, escultura, cuadros, cocina, cerámica, macramé, bordado, tejido, patchwork, decoupage, etc. Esto la relaja y la saca de este mundo tan «exigente» que se ha creado. A veces «emprende» y vende sus creaciones entre sus amigas y conocidos.

Por supuesto, dedica mucho tiempo y esfuerzo a su casa, a que todo esté en su lugar y la decoración sea perfecta; es «busquilla», por lo que siempre tiene buenos datos de maestros o de géneros baratos. Al igual que la cuica empoderada, es fanática de Pinterest, de donde saca miles de ideas de decoración o de actividades para los niños. Es muy preocupada de que su casa esté linda y está pendiente de cada detalle cuando viene gente a un cumpleaños o una comida. Es probable que ella misma cocine, que compre flores para poner por toda la casa y que la mesa tenga alguna cosa «chora», como los nombres de los comensales escritos a mano en una tarjeta. Ir a la casa de una cuica naif es comida rica y buena atención asegurada. Eso sí, puede ser un poco deprimente para los que no son tan afanados en lo doméstico, porque todo está perfectamente en su lugar, cada pieza decorada de mejor forma que la otra. La cuica naif es algo así como una Martha Stewart en versión naif (valga la redundancia).

miércoles, 29 de octubre de 2014

El cuico porro (la némesis del Cuico Consolidado)



Como en todos lados, la “cultura cuica” tiene personas inteligentes y no tanto, mateas y no tanto, esforzadas y no tanto.

El cuico “porro” (puede ser mujer u hombre) es ese que nunca le va bien en el colegio, al que seguramente echan de uno o más colegios o sale a duras penas del colegio original, probablemente puede haber tenido mala conducta, “desordenado”, o lisa y llanamente le faltaba un poco de crujidera de mate, al menos en lo que a ramos estándares se refiere.

Pero el cuico porro es cuico, por lo tanto el hecho que le vaya mal en el colegio no altera su actitud triunfadora ante la vida. Va a entrar igual a la universidad, ojalá una que le quede cerca de la casa (por ejemplo, la UDD), porque sabe que el puntaje no le va a alcanzar ni por lejos para una tradicional. Probablemente se va a demorar un buen tiempo en sacar la carrera (la que sea), se va a echar ramos, capaz hasta congele algún semestre. Pero de alguna u otra manera logra terminar su carrera.

Lo que pasa después con el cuico porro es lo interesante. Es muy probable que el cuico porro no se demore tanto en encontrar pega, pero para encontrarla no va a recurrir a los canales tradicionales, sino a los contactos de sus papás y de él mismo. De hecho no es raro que un cuico porro trabaje en la empresa de su papá (¡¡no es que todos los que trabajan en empresas de su familia sean porros!!) o de algún pariente.

Pero mucho cuico porro, la gran mayoría, se dedica a emprender, a negocios “originales” o innovadores. Y ahí la “rompen”. Porque el cuico porro de alguna manera aprendió a compensar sus “malas notas” con carisma y encanto. Se acostumbró a rogar a los profesores que le subieran la nota, a “engrupir” con los cuentos más insólitos. Básicamente aprendió a ser encantador, “charming”. Y esa “inteligencia emocional” que desarrolla el cuico porro es la que le permite hacer su empresa, a no tener miedo de ir a tocar puertas y conseguir auspicios o lo que necesite. 

Típicamente va a tener una productora, o tal vez esos carritos de comida que están de moda, o tal vez haga asados a domicilio, o tal vez venda verduras, o tal vez incluso ponga un restorán o bar. Hay de todo en el mundo del emprendimiento del cuico porro.

Aunque no tenga idea de cómo hacer negocios, siempre va a conseguir algún amigo más mateo (pero menos popular) que lo ayude. El cuico porro se acostumbra a pedir ayuda, sabe perfectamente a quién recurrir cuando no sabe algo de finanzas, o algo de leyes. 

El cuico porro tiene un “salvavidas” para cada tema. Salvavidas gratuitos, se entiende, no es que vaya a contratar a un abogado, sino que va a recurrir a su amigo abogado todas las veces que sea necesario. El cuico porro es “humilde”, él no tiene problemas en reconocer que hay cosas que no sabe y que otra gente es mucho más capaz que él en ciertas cosas, y si son sus amigos, obvio que los pueden ayudar. Eso sí, los amigos igual a veces se agotan del cuico porro, porque es lo más catete que hay, puede llamar a su amigo abogado 5 veces el mismo día para preguntarle dudas, no tiene ningún tipo de “pudor” en ese sentido.

De esa forma el cuico porro siempre, siempre sale adelante. De hecho, muchas veces le va hasta mejor que sus compañeros mateos/pernos, que tal vez tenían mucho coeficiente intelectual, pero nunca desarrollaron las habilidades “blandas” que el cuico porro tiene.


El cuico porro es un “self made man” en términos laborales, es lo contrario del cuico consolidado. Mientras el cuico consolidado estudió una buena carrera, en una buena universidad, estudió un postgrado y ha hecho una carrera como empleado de una empresa, el cuico porro nunca estudió mucho, nunca se esforzó mucho, pero con su empresa logra las mismas cosas que un cuico consolidado. Y a veces más. No pocas veces el cuico porro se forra. De hecho es muy probable que la empresa o emprendimiento que haga un cuico porro sea sumamente exitosa, especialmente dentro del mundo cuico. Porque generalmente el cuico porro, aparte de ser encantador como ya dije, es cool, es estiloso, es ondero...¡y cuico! Así a quién no le dan ganas de comprarle algo! (puede que también tenga una capacidad innata para los negocios, eso no lo niego) 

Al cuico consolidado le da un poco de envidia la vida “sin horarios” del cuico porro. Le da un poco de envidia que el cuico porro se haya pasado la vida “haciendo de su vida un poema” y ahora está “forrado”. El cuico porro más que envidiar, admira al cuico consolidado, lo admira por todo lo que sabe, lo encuentra “seco”, y por eso recurre a él cada vez que lo necesita. 

Finalmente, el cuico porro es la demostración empírica que la "educación tradicional" no lo es todo. El cuico porro no es que sea una persona más tonta, menos capaz, pero sí puede haber sido más distraído, más inquieto, y ciertamente con otras habilidades que no se evalúan en los colegios (en ninguno, pagado o público, ojo). La ventaja del cuico porro respecto a porros no cuicos, es que el cuico porro, como todos los cuicos, tiene ese respaldo, ese colchón, es red que lo protege, lo que le permite arriesgarse y desarrollar su potencial, sea cual sea ese. 

lunes, 20 de octubre de 2014

El cuico híbrido


El cuico híbrido es ese cuico que tiene una mezcla de cuicos en sus orígenes, o tal vez una mezcla entre cuico y no cuico. Por ejemplo, un cuico híbrido es el que tiene un lado de su familia de origen árabe, y el otro podría ser cuico progre. O tal vez un lado es cuico inmigrante y el otro cuico agrónomo. O tal vez su familia de origen es homogénea, pero la de su marido o señora es de otro estilo.

El factor común de los cuicos híbridos es que por alguna u otra razón, han convivido con diferentes estilos de vida (cuica y/o no cuica), lo que los ha transformado en gente híper-adaptable. Esto tiene su lado bueno, porque caen bien en cualquier círculo, pero el lado malo es que les cuesta encontrar un lugar donde se sientan realmente cómodos o puedan ser ellos mismos.

El cuico híbrido es muy difícil de detectar, nunca se nota. Es piola, piola, piola, en el sentido “quitado de bulla” de la palabra. Totalmente bajo perfil. No son particularmente pernos, ni particularmente progres. No tienen un estilo muy definido para vestirse y en general son amables con todos.

En general, en las reuniones sociales no hablan mucho de sí mismos, por lo que no es fácil saber lo que piensan. Son amables si se les pregunta, pero en general no dan muchas luces de lo que les gusta y no. Insisto, son “bajo perfil”. Son un poco enigmáticos para el resto de los cuicos, porque no saben bien “dónde ponerlos”. Puede que un cuico híbrido venga de provincia, o puede que haya estado en colegios tan disímiles como el Saint George’s o las Ursulinas, pero no tienen el perfil “clásico” de la gente de esos colegios.

Gracias a su característica de moldeable, el cuico híbrido sabe perfectamente qué códigos usar en las diferentes circunstancias. Si está con cuicos seduc, sabe que es mejor que “convide” antes que “invite”. Sabe perfectamente que no puede contar que se tomó una(s) ricas copas de vino o mucho menos que se fue con el/la pololo/a a algún lado el fin de semana. Sabe que no puede hablar de temas polémicos como el AVP (acuerdo de vida en pareja) o el aborto, independiente de si está a favor o en contra, pero prefiere no entrar en terrenos que pueden ser complicados.

Cuando se junta con sus amigos progres o más liberales, sabe que es mejor no hablar que fue a misa o incluso que tiene amigos seduc. El cuico híbrido puede tener amigos muy diversos, pero por Dios que le cuesta encontrar un grupo de amigos donde pueda ser realmente “sin filtro”, no tener que andar cuidando lo que dice o tener que sonreír ante comentarios que pueden estar ofendiendo a su otro grupo de amigos o a sus propias creencias.

Porque el cuico híbrido, por su origen heterogéneo, no se puede clasificar ni como facho ni como comunista, ni como conservador ni como liberal, porque tiene opiniones propias para cada tema, que no necesariamente son encasillables en ningún estereotipo. El cuico híbrido puede estar en contra del aborto, pero a favor de la legalización de la marihuana, o puede estar de acuerdo con la educación gratuita para todos, y en contra de la reforma tributaria. El cuico híbrido es, de alguna manera, un poco más “libre” en lo que piensa, aunque decirlas le significa ser tildado alternadamente de “rojo” o de “facho”, o de “perno” o de “progre”, dependiendo de la gente con la que esté.

Es poco probable que un cuico híbrido tenga a sus hijos en algún colegio “top of line” (a menos que le quede cerca). Más les importa que el colegio quede cerca de la casa, que sea bueno. No se va a estresar por el hecho que su hijo/a quede en los colegios más solicitados. Seguramente sus hijos están en el San Francisco de Asís, en el San Miguel Arcángel, o tal vez en el Padre Hurtado y Juanita de Los Andes. Puede que los tenga en un colegio más grande, como el Cumbres o Everest, pero son los que no se notan, que no hacen ruido, no molestan. De hecho pueden tener o venir de cualquier colegio, pero no son clasificables en ningún estereotipo. 

Tampoco se va a preocupar de ir a los lugares de veraneo más top que haya. Los conoce, pero probablemente vaya a lugares más tranquilos. Tal vez un año vaya a Puerto Varas, o a recorrer la Carretera Austral en familia, pero también puede que otro año vaya a Las Tacas o incluso Matanzas. Es depende de lo que le den ganas no más, lo que sea más conveniente para ellos.

Para el cuico híbrido, celebrar su cumpleaños o algún evento se transforma en un verdadero dolor de cabeza. Cómo presentarle a su mamá (vieja cuica) a su amigo cuico abajista que anda en micro y tiene pelo rasta o tal vez usa aro en la nariz (¡qué horror!). O peor, a sus amigos no cuicos (¡que son muy buena onda!). O cómo presentar a sus amigos seduc con sus amigos progre, sin que alguno se burle de los otros. Finalmente los cumpleaños de los cuicos híbridos son bien “variopintos”, y el cuico híbrido tiene que aguantar que después, cada tipo de amigo o pariente le haga algún comentario del otro tipo de amigo o pariente. “Qué loca esa amiga tuya con piercing en la guata”, le va a decir la prima cuica seduc. “Qué perna tu prima”, le va a decir la otra amiga. Y así. Es parte de la vida del cuico híbrido escuchar comentarios adversos de uno y otro lado, y para todo poner cara de póker. Una sonrisita amable, un comentario "híbrido" y listo. 

El cuico híbrido, por tener tanta variedad de personas en su entorno, tolera que alguno de sus amigos diga “lentes” o viva en alguna comuna “non grata” para otros cuicos. Es posible que incluso delante de esos amigos él mismo diga lentes. Porque al cuico híbrido lo que más le importa es caerle bien a todos, no ser etiquetado de nada extremo. No es que no quiera ser cuico, ni nada por el estilo, sino que su historia de vida ha estado marcada por situaciones tan diversas, que es capaz de entender y querer diferentes estilos y formas. El cuico híbrido es de alguna manera más tolerante que todo el resto de los cuicos.

En el fondo el cuico híbrido toma los elementos que le acomodan de cada estilo, y por eso es una persona difícil de detectar, porque tiene rasgos de uno y otro tipo, sin ser 100% de ese tipo. Aunque parece muy adaptable y flexible, al final igual tiene perfectamente clara su opinión de las cosas y su propio estilo, pero casi nunca se atreve a ser 100% espontáneo, porque sabe que el resto es mucho más cerrado en sus pensamientos.

Sólo cuando logra encontrar a otro cuico híbrido – que aparte del hecho que no son muchos, cuesta encontrarlos dado que son tan adaptables que se confunden con otros tipos de cuicos – al fin logra desahogarse y básicamente ser auténtico...y pelar todas las cosas raras que tiene toda la gente que conoce. Porque finalmente para el cuico híbrido, todos los estereotipos son un poco "raros", un poco "curiosos". Al final, en el fondo fondo, se siente en un nivel un poco superior al resto, siente que él/ella sí tiene las opiniones correctas, que no se deja llevar por modas ni por estereotipos, y por eso con sus amigos híbridos "no deja títere con cabeza".


Pd: este post está dedicado con mucho cariño para los “Weones”.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

El Redset

(Entrada Comunidad Ecológica de Peñalolén)

Aunque parezca difícil de creer, hay una facción (menor) del cuiquerío que es “roja”. No demócrata cristianos ni nada de eso intermedio. Lisa y llanamente ROJOS. Probablemente militaron en el MIR o el MAPU o alguno de esos movimientos de izquierda que eran para más cuicos. Son 100% de izquierda. Al menos en términos políticos. Estos son los "red set", "izquierda caviar" (que viene del francés, "gauche caviar") o "whiskierda".

Pero son cuicos. El redset no vive en cualquier lado. Al redset le gusta la naturaleza, la tranquilidad, el aislamiento, los espacios grandes. Tienen algunos reductos muy marcados: El Arrayán, La Reina (cerca del "Country", casas Castillo Velasco, que son como las Ley Pereira para los cuicos progre), Peñalolén (Comunidad Ecológica) y La Florida alta (Lo Cañas) y el Cajón del Maipo.

El redset, por definición, rechaza la “pulcritud”. Por eso nunca jamás usan terno (si llegaran a usar, por alguna razón muy especial, nunca va a ser un terno tradicional con camisa de color tradicional y corbata de color tradicional o zapatos tradicionales). Al redset le gusta ser chascón. Siempre tienen barba. El pelo un poco largo los hombres, un poco desordenado. Las mujeres siempre se ven un poco chasconas. No se tiñen el pelo, por lo que es muy común ver mujeres del redset de menos de 50 (o 40!) con el pelo blanco. Largo, ruliento, blanco. Un clásico. Las mujeres no se arreglan mucho, siempre a cara lavada, las uñas sin pintar. No es que sean descuidadas, pero son “tonteras” para ellas. Usan vestidos o polleras largas, una cosa media hippie. La cuica redset no se preocupa de combinar la ropa, para ella lo más importante es lo natural del material y la comodidad.Compran ropa en sus viajes o se las mandan a hacer. Un referente del redset es María Inés Solimano, que hace vestidos de novia o cualquier tipo de vestidos especialmente pensados para el redset, tejidos a palillos por unas artesanas de Tongoy.  En el fondo el redset es una suerte de neo-hippie (ya sabemos que los hippies originales de USA eran cuicos rebeldes. Estos son como esos).

Sus casas siempre son bien “choras”. Una arquitectura extraña, mucho ladrillo o viga a la vista, piso batuco, seguramente los que han construido hace poco contrataron a Sergio Andrade (arquitecto conocido por el redset, aunque algunos no tan “red” también lo han contratado, supe). Están llenas de adornos y cosas raras. Obvio que los sofá del living van a tener alguna manta de alpaca o similar, traída de San Pedro de Atacama o de Cusco. La decoración tiene harto cachivache, pero no cualquiera, sino cosas entretenidas, antigüedades, objetos recolectados en algún paseo por el sur (comprado a algún artesano local), cosas traídas de sus viajes por el mundo. Las cocinas siempre son medias “campestres”. Cerámica azul y piso rojo, con muebles de madera. O tal vez cerámica celeste y piso blanco con negro. Las ollas colgando del techo. Un caos estudiado. Porque son cuicos finalmente, son “desarreglados”, pero no sacrifican calidad. Cuidadosamente “desastrosos”, se podría decir. Parecen descuidados, pero todo está pensado así, no es casual que sus casas sean así, con grandes jardines, pero jamás cuidados tipo “palacio de Versalles”. Todo lo contrario, mucho árbol nativo, plantas del sector, poco pasto, más bien algo más boscoso. Obviamente tienen su propia huerta, el “autocultivo” como le llaman algunos (ya sabemos qué tipo de planta se podría encontrar ahí), todo muy orgánico, nada de fertilizantes artificiales.

Siempre tienen grandes bibliotecas, porque son muy cultos y lectores. Les interesa mucho la literatura. Pero no es que uno se vaya a encontrar con un libro de Pilar Sordo. Jamás. Son cosas elevadas: autores franceses (les mata “La France”) como Foucault o Bourdieu, alemanes de la escuela de Frankfurt como Marcuse o Habermas, o quién sabe qué escritores que el resto de los mortales ni siquiera hemos escuchado nombrar (autores ingleses no, porque tienen teorías muy “liberales”). Por supuesto después los citan en sus reuniones sociales. Para el redset es fundamental demostrar sus conocimientos en sociedad. Es muy difícil (imposible) contradecirlos, porque siempre van a sacar a relucir algún autor que tiene alguna teoría que avala lo que está diciendo.

La cultura es fundamental para ellos, ser doctos, ilustrados. Estudian mucho, generalmente tienen postgrados (ojalá doctorados), en el extranjero, obvio. Saben de muchas cosas, y generalmente se dedican a temas ecológicos, medioambientales, políticas públicas o cualquier cosa que pueda ser un “aporte” para la sociedad y donde puedan poner en práctica sus múltiples conocimientos.

Al redset se le puede encontrar en el Sátira (en la Plaza San Enrique) que curiosamente tiene de decoración una biblioteca con libros. A los del lado sur les gusta el Kahuín (ex-Pub La Rosa, con música en vivo de Santiago del Nuevo Extremo, Quilapayún, Manuel García y otros de ese estilo. El bar The Clinic y el Liguria, aunque son bien taquilleros, igual son redset-friendly. Obvio que van a La Piojera y El Hoyo. También salen a comer rico, a La Petite France, el Baco o al Rívoli. 
Al redset le gusta tomar vino. Vinos buenos, obvio. O bajativos. Tal vez un buen whisky, tal vez algún licor hecho artesanalmente por ellos mismos o algún vecino o conocido, usando productos de su huerta. Son redset, ¡pero les gusta lo bueno!

La vida del redset es muy “european style”. De hecho conocen Europa como la palma de su mano. Ya sea porque los exiliaron o se “fueron” para la dictadura, ya sea porque fue a estudiar afuera algún doctorado, ya sea porque se va de viaje no más. Al redset le mata Europa, pero la Europa culta, nada de ir a la Torre Eiffel, ni al Louvre (seguro que los conocen, pero no hablan de eso). Obviamente conocen museos especiales dedicados quizás a la vida y obra de alguno de los autores que les gustan, restoranes especiales (nada de baratos, obvio), cafecitos especiales. Tienen una particular afición por Europa del Este (bah, q raro) y conocen los lugares más recónditos, siempre que tengan alguna huella cultural importante.

Por supuesto el redset desprecia el capitalismo, los malls son una tortura para ellos (es muy poco probable que vayan a uno). Jamás ponen un pie en La Dehesa, que es como el infierno en la tierra para los redset. Ellos están por el comercio justo, por la huerta orgánica, por la vida sana, la vida de barrio. Igual tienen sus ricos autos, 4X4, Volvo, nunca Mercedes o BMW eso sí. Pero les matan los autos. 

Si hacen deporte, es del tipo andinismo, escalada libre, o cosas así medias extremas, medias “wild”. No tienen problema en experimentar cosas diferentes, salir de la rutina, vivir emociones extremas.

Tienen una gran afición por las “etnias” también. Seguramente han ido a India, o tal vez a África, donde se empaparon de la cultura del país, y seguramente trajeron una máscara o una flauta o algún artilugio de esa cultura que exhiben orgullosamente en su living. La cultura latinoamericana también les llama poderosamente la atención, probablemente han visitado alguna “tribu” amazónica donde tal vez les dieron algún “elíxir” (a.k.a. droga) muy increíble que los hizo conectarse con la diosa madre de la tribu o han ido mochileando por todo Centroamérica, comiendo con los locales y durmiendo a la intemperie tal vez, como para entender la forma de vida de estas “personas”.

Al redset le gusta la playa, pero no cualquier playa. Tiene que tener ese toque “rústico”, ese toque “local”. Tongoy es un lugar muy de redset, tal vez Bahía Inglesa, o un recorrido por playas “vírgenes” del Norte. Por supuesto Tunquén, que es como el paraíso del redset. Casas no muy cerca entre ellas, con buena vista, poca modernidad, todo muy rural y agreste, donde pueden desconectarse y tener largas tertulias con sus congéneres. A otros les gusta Cartagena o Las Cruces, algo bien popular, obvio, pero no es que vayan a la playa a juntarse con el “rasquerío”, sino que van durante el año y ahí dan rienda suelta a sus escritos, pensamientos y lectura. También les gusta el sur bien sur. Tipo carretera austral, puede que hagan un viaje para ir a pescar o a pensar o a buscar tal vez una planta especial para hacer algún licor o palos para construir una cava, algo bien rebuscado.


A los hijos obviamente los meten en colegios como el Altamira, Latino(americano) Cordillera, La Girouette, Alianza Francesa, y algunos Waldorf como el Giordano Bruno o el Rudolf Steiner (favorito de los de la Comunidad Ecológica de Peñalolén). En estps colegios el uso de uniforme es bastante limitado (qué tercermundista y facho uniformarse) y tienen sistemas educativos más acorde a sus creencias, no tan estructurados ni con tanto horario ni cosa capitalista. Se permiten pelos de colores, piercing, tatuajes, cualquier tipo de "expresión" que necesite tener el adolescente. Lo importante es no restringirlos para no limitar su creatividad y potencial de desarrollo.

Lo curioso, o no tan curioso, es que al final siempre se aglutinan entre ellos, eligen los mismos barrios, los mismos colegios para los hijos, los mismos lugares de veraneo. Como todos los cuicos, se mueven en masa dentro de su submundo, por mucho que les guste la naturaleza y desprecien a los otros cuicos “capitalistas”, finalmente usan la misma lógica que los otros cuicos: se juntan entre ellos, tienen sus propios códigos y se detectan a kilómetros de distancia. Cuico redset será, pero el cuiquerío no se lo quita nadie. 

lunes, 1 de septiembre de 2014

El cuico político


El cuico político no se refiere necesariamente a los actuales políticos tipo senadores, diputados o alcaldes (aunque también hay), sino al cuico ese con “vocación de servicio público”, ese que trabajó en el Gobierno…pero en el de Piñera. Ese que trabaja en el Libertad y Desarrollo, o en el CEP, o en algún otro Think Tank.

El cuico político se gesta en muchos casos en el colegio: el clásico(a) que participa o es Presidente del Centro de Alumnos, que participa en todo tipo de actividades extra programáticas (sociales sobre todo) del colegio. Después entran a la universidad y seguramente entran al Centro de Alumnos, o a la FEUC (la mayoría son de la Católica, convengamos), organizan los trabajos de invierno, seguramente hicieron clases en INFOCAP…y por supuesto, su salto definitivo al mundo político, el TECHO. El Techo es como el semillero de cuico político, ese cuico solidario con vocación de servicio “real”, el que quiere cambiar la política, que no está por el poder, sino por una real preocupación por el prójimo. Probablemente muchos también pasaron por la Fundación Jaime Guzmán, donde se hicieron de buenos “contactos” y tuvieron su adecuado entrenamiento político.

El cuico político es bueno para estudiar, seguro va a hacer algún diplomado o magíster en políticas públicas (donde se encuentra con los abajistas o los progre), o en medioambiente, o en administración pública, lo que sea. Pero tiene que estar siempre al día, siempre informado. Es muy común que el cuico político haga clases en alguna universidad, porque su vocación de servicio también se extiende a “formar a los más jóvenes”.

El cuico político siempre quiere hablar de temas “interesantes”, de temas contingentes, polémicos. Es de esa gente que lee el cuerpo C de El Mercurio de adelante para atrás (y no de atrás para adelante como hace la mayoría de los mortales que prefieren leer primero la parte de espectáculos y se saltan la política). Se saben los nombres de todos los diputados, senadores, intendentes, probablemente conocen a muchos, y por supuesto hablan de ellos por su nombre de pila: “el otro día estuve con Jovino” o “con el Mumo (Edmundo Eluchans)”, o peor todavía, con “el alemán (José Antonio Kast)”, como para demostrar que él es cercano a ellos, y a la vez asumiendo que todos saben de quién están hablando. De hecho también hablan de los grandes empresarios por su nombre de pila “Sven (von Appen)”, “Andrónico (Luksic)”, porque obviamente también los conocen (¡de dónde sacan la plata para sus campañas sino!).

El cuico político, en cualquier reunión social, se va a asegurar que todos sepan en qué trabaja, y generalmente no se despega de su celular, porque siempre va a estar recibiendo información importante, y es probable que haga algún comentario del tipo “uh quedó la cagada entre Girardi y Moreira”, obviamente algo que no se ha sabido públicamente, como para demostrar que tiene información privilegiada y como si fuera lo más importante de ese momento (aunque esté en un asado donde estén hablando de algo cotidiano, como los niños o el fútbol y su comentario sea una interrupción).

El cuico político tiende a mirar con un poco de desdén a sus amigos cuicos no-políticos, los encuentra un poco ignorantes, poco informados, y probablemente les diga “es que no cacho qué hacen uds., los abogados comerciales” (reemplace abogados comerciales por cualquier profesión y cargo que no sea político: product manager, analista financiero, lo que sea). Como que para ellos no hay nada más importante y valioso que el quehacer nacional actual. Y sufren si alguien no entiende o no está al tanto de las últimas novedades políticas. Y además le encanta discutir, entonces no pierde oportunidad para enfrascarse (y enfrascar a todos a su alrededor) en acaloradísimas discusiones de la contingencia política, por supuesto demostrando su superioridad en cuanto a los conocimientos y opiniones que tiene al respecto (aunque no las tenga, las va a inventar).

El cuico político, como todos los cuicos, tiene ese afán de ser cercano a la gente “humilde”. En el caso del cuico político es más patente, porque por definición tienen que abrazar y besuquear a todo tipo de gente, entonces nada mejor para ellos que contar que la Junta de Vecinos de Conchalí les hizo un desayuno (aunque íntimamente comenten: “con esas tortas de crema asquerosas”) o que fueron a una feria en Pedro Aguirre Cerda. Les encanta “tener calle”, saber los nombres de los barrios humildes, conocer al “Chile real”. Demostrar que ellos son “de terreno” y no es que se anden llenando la boca. Ojalá poder contar que comieron una sopaipilla de carrito o cosas que el resto de los cuicos encuentra “asquerosas” (y probablemente ellos también), sólo para demostrar su real vocación.

El cuico político es – en su grandísima mayoría – de derecha, y vuelca toda su ira cuica en sus rivales políticos (la concertación, o la Nueva Mayoría (Nueva Pillería, como obviamente le dicen)). Son todos unos “rotos”, con cara de picantes, que no le han ganado a nadie, ordinarios, mala clase, ladrones, corruptos, etc. La izquierda es la encarnación del mal. Nada bueno sale de ellos, ninguno salva. El cuico político es bien polar en su pensamiento. La derecha es incomprendida, la izquierda es mala. No hay mucho más que eso. Y “la gente no entiende”, “el pensamiento de derecha es más difícil de entender”. Nunca van a dar su brazo a torcer. Nunca (bueno, esto corre para los otros políticos también).

El cuico político de verdad sufre con el gobierno actual, sufre a un nivel mucho más profundo de lo que sufre cualquier otra persona no política (que no esté de acuerdo con el gobierno actual). Para él/ella es una angustia constante ver cómo las cosas no se están haciendo “bien” (para sus parámetros obviamente), y a la vez una satisfacción secreta cuando los números objetivos validan su pensamiento: la desaceleración de la economía o el aumento del desempleo en el fondo fondo tiene al cuico político saltando en una pata. Nada mejor que ver en desgracia a sus enemigos.


El cuico político obviamente tiene su vida, va de veraneo y hace un montón de cosas al igual que el resto de los cuicos, pero pasa a ser irrelevante porque el cuico político está definido por su “pasión” por la política, por su pasión por el “bienestar” del país, por defender a los suyos (derecha) y odiar a los otros. El resto pasa a segundo plano. Puede que tengan familia, puede que vayan a la playa, muchas cosas. Pero su sello es su “vocación de servicio público”. El resto es música.  

miércoles, 20 de agosto de 2014

El cuico perno


Una clásica charla que se repleta de cuico perno. 


El cuico perno es una versión “soft” de un cuico seduc, o dicho de otro modo, un cuico seduc es el subconjunto más radical o extremo de un cuico perno. De hecho, seguramente son amigos y se conocen mucho entre seduc y pernos. Uso el término perno no en un sentido “nerd” (aunque un poco), sino para graficar un tradicionalismo/conservadurismo/religiosidad que tiene este tipo de cuicos.

El cuico perno no está a la moda. No es que esté pasado de moda, pero su ropa es estándar. Los hombres usan bluejeanes estándar, de corte estándar, color estándar. Usan poleras estándar, aunque generalmente usan camisas, incluso en el fin de semana (y metida adentro del pantalón). El cuico perno no usa zapatillas, y si las usa, van a ser esas de trekking (modelo perno). Normalmente en un fin de semana va a estar con bluejeanes, camisa cuadrillé metida adentro del pantalón, zapatos de cuero (o las zapatillas trekking ya mencionadas), y un sweater escote en V de un color neutro. El cuico perno no usa polerones, o si los llega a usar, igual no son muy estilosos. Tampoco usa hawaianas (de esas tan onderas), ni siquiera crocs. Siempre zapatillas, invierno o verano.

En el caso de las mujeres, la cuica perna no usa jamás pantalones pitillo, sino también bluejeanes estándar de color estándar, generalmente a la cintura (aunque ahora eso está medio de moda), o al menos no a la cadera. No usa botas “equitadoras” encima de los pantalones (porque en esos bluejeanes no cabrían tampoco), sino botines negros o café, de modelo estándar, ese que no pasa de moda, y que los tiene por varios años. A la cuica perna le gusta usar pollera (falda si quieren), larga hasta el suelo, generalmente de algodón y colores neutros (café, negro, gris, beige). En el verano puede ser un poco más corta, a la rodilla como mucho, pero les gustan más los pantalones pescadores con un buen “zapato reina” (que ahora están de moda, pero para ellas son un básico en su clóset por años de años) o alguna chala café o negra con 2 tiras anchas, bien anchas.
Jamás va a tener un corte de pelo a la moda, sino un pelo largo estándar, a lo más con algunos reflejos “que no se noten”, y cuando va a cortárselo, sólo las puntas. Si se pinta las uñas, es poco probable que use un color muy llamativo, probablemente se haga la manicure francesa o a lo más un rojo oscuro. Tampoco se pinta (“maquilla”) mucho, de hecho casi no se pinta, salvo para ocasiones especiales como matrimonios o cosas así. Normalmente usa aro de perla o algún arito discreto de plata con oro o de oro con alguna piedrita. Jamás va a usar algún aro grande con plumas o alguna argolla grande ni menos un aro de feria (o tipo feria, convengamos que las cuicas sobre 30 no van a comprar “joyas” en una feria artesanal). Siempre va a tener una cadenita de oro con una cruz o medallita de la Virgen, y a lo mejor una pulserita discreta también. Anillos, pocos. La argolla de matrimonio con su anillo de compromiso, que es muy estándar también, nada ostentoso ni llamativo, probablemente sea de oro blanco con una fila de brillantes, más separados o más juntos, pero es básicamente el mismo en todas las cuicas pernas.

El cuico perno es religioso, pero no extremo, va a misa todos los domingos (con toda su familia, obvio), en algunos casos participan en algún movimiento como Schönstatt o los Legionarios (excluyo al Opus porque es una categoría aparte como ya saben) o sino participan de actividades de la parroquia o tal vez obras sociales. Al cuico perno le encanta participar en misiones familiares por ejemplo.

 El cuico perno tiene mínimo 4 hijos, que están obviamente en algún colegio católico de alguna de las congregaciones que nombré. Al hijo hombre mayor sí o sí le ponen el nombre del papá, y muchas veces la hija mayor se llama como la mamá. Usan nombres que los cuicos progres usaron 15 años antes, pero que todavía no llegan a usar los cacos o los CME (clase media emergente). Típico nombre de hijo de cuico perno: Lucía, Elisa, Jacinta, Rosario (usan harto nombre religioso también), Domingo, Santiago, Clemente, Pedro. 

El cuico perno no es ostentoso, en eso es muy parecido a su símil seduc. No sale mucho a comer, sino que se junta en casas con amigos. No es muy bueno para el asado. Hacen asados, sí, pero normalmente tienen parrilla a gas y no hay pebre ni nada muy parrillero. Les gusta más comprar comida preparada o bien cocinar algo que hacer un asado.

El cuico perno no toma mucho, siempre mesurados, uno no vería jamás a un cuico perno curado, mucho menos a una cuica perna. La cuica perna es feliz con un pisco sour comprado, y se va a demorar la noche entera en tomárselo. Las cuicas pernas no toman vino (y entre nos, creo que miran feo a las que sí toman(mos)). Los hombres cuicos pernos sí toman vino, pero no son muy fijados en las marcas. De hecho no compran vinos muy buenos, porque no lo valoran, y normalmente en un asado o comida nunca va a haber más de 2 vinos disponibles, aunque sean 10 o más personas. Es muy probable que 1 de los vinos ya esté abierto porque sobró de una comida anterior.

Las casas de los cuicos pernos en general no están decoradas muy modernamente. Aunque sea un matrimonio joven, la mesa de comedor va a ser entera de madera (y no de vidrio, como se usa ahora), los sofás del living medios redondeados (y no cuadrados, o mucho menos de cuero) y probablemente en color crudo, un “bar” de madera, cuadros de paisajes con marco dorado. 

El cuico perno políticamente es bien de derecha y poco tolerante a cualquier rasgo de progresismo ideológico. Entre los suyos, van a hablar de los “fletos” (gay), de los “rotos” (refiriéndose a los socialistas y también a los CME), son bien duros en sus opiniones. En público se cuidan, como todos los cuicos. Pero sí sacan algo de ronchas en cuicos menos pernos, porque son muy cerrados en sus pensamientos. No pueden tolerar que alguien no piense igual que ellos, y lo hacen saber, pudiendo entramparse en discusiones bastante acaloradas con otros cuicos no pernos. Y después de esas discusiones, dejan de juntarse con ellos. Como digo, el cuico perno es muy cerrado y tiene un círculo de amistades muy estrecho, donde pueda hablar a sus anchas de lo que piensan ellos y sus amigos.

Al cuico perno le gusta jugar fútbol en ligas. Es como su “escape”, y se junta con otros cuicos pernos todas las semanas a jugar fútbol. Eso sí es difícil que después se vayan a tomar unas “chelitas” (jamás dirían chelitas en todo caso). Fútbol y a la casa. Al cuico perno no le gusta mucho tomar, ya les dije.

La cuica perna es buena para la charla. Le encanta ir a charlas de formación valórica, de algún experto en educación de los hijos (de los “niños”), de cómo fortalecer el matrimonio, etc. Va con amigas, o a veces también va con el marido. Y usan mucho las enseñanzas de la charla para conversar después, para ir mejorando como matrimonio, como papás, como lo que sea. Les gusta aprender cómo ser mejores personas, siempre en el contexto de sus valores y estilo (¡no es que vayan a ir a una charla de Salfate!).  De hecho, la cuica perna muchas veces hace cursos de algún tema valórico, cursos de biblia por ejemplo, en los centros de formación que tienen las congregaciones (Familia Unida, por ejemplo) o a veces en la misma parroquia que frecuentan. También es fanática de la revista Hacer Familia, donde saca también muchos tips para la educación de sus niños.

El cuico perno no viaja mucho. Sí puede salir una vez al año, o tal vez para algún aniversario de matrimonio, pero en general no viaja mucho. En las vacaciones pueden ir a distintos lugares, pero es muy probable que vayan con un grupo de amigos (como ellos, se entiende), donde puedan estar tranquilos, los niños jugar entre ellos, y hablar de las cosas que a ellos les interesan, lejos de la contaminación actual del mundo (contaminación = liberalismo).


El cuico perno en el fondo es un poco anacrónico, ellos de alguna manera viven unos años atrás, con valores más extremos que el resto. Van unos pasos más atrás en términos de liberalidad y modernidad, y es por eso que no les es fácil juntarse con cualquier persona, y se refugian entre su círculo más íntimo. Felizmente para el cuico perno, todavía existen muchos como ellos, por lo que pueden seguir tranquilos con su estilo de vida, aunque sea en la intimidad de su casa, la de sus amigos, o la Parroquia.

lunes, 11 de agosto de 2014

El cuico abajista


El cuico abajista podría confundirse con el cuico progre, pero la diferencia fundamental es que al cuico abajista le CARGA ser cuico, reniega de su cuiquez. El cuico abajista es la versión extrema del cuico progre.

Es difícil entender porqué alguien se transforma en cuico abajista. Tiendo a creer que se origina normalmente en una mamá (más que papá) DEMASIADO excesivamente cuica, casi siútica, demasiado preocupada del qué dirán, demasiado todo, lo que provoca en el cuico adolescente una rebeldía tal que generaliza y odia a toda la cuiquería, transformándose así en un cuico abajista. Lo que obviamente genera la peor angustia en esa mamá, que su hijo/a es todo lo que ella no quería para ellos. 

El cuico abajista (cuando todavía vive con los papás, obvio) jamás va a decir que vive en La Dehesa. Si se ve obligado a decir dónde vive, va a decir (medio murmurado y bien rápido) que vive en Lo Barnechea (a ver si pasa más piola). Cuando se va a vivir solo, (cosa que hace apenas tiene la oportunidad) el cuico abajista arrienda un departamento en el Parque Bustamante, en algún edificio bien destartalado, ojalá sin ascensor. Si no es el Parque Bustamante, tiene que ser algún otro lugar del centro, tal vez el Barrio Lastarria o el Barrio Italia.  Ciertos barrios de Ñuñoa también son reductos de cuicos abajistas. Al igual que los cuicos progre, obviamente les gusta andar en bicicleta o directamente en micro, porque ellos en serio no quieren ser cuicos ni nada que se les parezca. 

Como el cuico abajista es cuico, sabe perfectamente los códigos cuicos, por lo tanto sabe perfectamente qué NO decir para no parecer cuico. Un cuico abajista seguramente va a hablar de “el Juan”, “el Pablo” (a diferencia de los cuicos que no usan “el” antes de los nombres de hombre). Seguramente va a decir “disculpa” en vez de “perdón”. Va a decir todas las cosas que no dicen los cuicos. Y como sabe que a los cuicos les encanta preguntar el colegio para identificarse, usa ese mismo argumento para evitar el tema (“ay q estai cuico que me preguntai eso” va a decir el cuico abajista a quien ose preguntarle), o en el peor de los casos, le va a echar la culpa a sus papás del lugar donde creció o el colegio que estuvo, seguido de un “pero eran todos unos sacos de weas en ese colegio/playa, etc”. También sabe qué ropa y pelo usar para no parecer cuico (aunque la cara de cuico no se la saca nadie).  Los cuicos abajistas tienden a ser hippies-naturistas-artesas. No siempre, pero tienen una tendencia para ese lado.

Es muy difícil que un cuico abajista estudie una carrera tradicional, y si lo hace, obviamente jamás de los jamases va a estudiar en la UDD o la Los Andes (última opción en la vida de un cuico abajista).  Seguramente va a elegir la (Universidad de) Chile o definitivamente decida irse a estudiar fuera de Santiago, a la Universidad de Valparaíso, a la de “Conce”, a la Austral, donde puede vivir en una pensión o en algo bien abajista (aunque se lo paguen los papás). Si llega a estudiar en la (Universidad) Católica es sólo en caso que la carrera sea más “alternativa” tipo Historia, Geografía, Literatura…o la favorita de los cuicos abajistas: Sociología. Sociología es una carrera muy deseable para un cuico abajista: esa mezcla entre intelectualidad profunda (y aires de superioridad), el pensar constante, el análisis de cosas interesantes, la molestia profunda por el status quo, el inconformismo crónico, y por supuesto ese aire “hippie-artesa” tan típico de los sociólogos (al menos de los del imaginario popular).

El cuico abajista obviamente tiene que ser de izquierda para poder sustentar su estilo de vida abajista, y se preocupa de despotricar a los cuatro vientos contra las tarjetas de crédito, las clases sociales, el lucro, la desigualdad o cualquier cosa que suene a capitalismo. Pero eso no quita que se pueda ir de viaje a Europa o a hacer un postgrado (obvio que en políticas públicas) al extranjero.

Obviamente también, odia profundamente cualquier cosa que parezca conservadora. El cuico abajista es muy progresista para sus pensamientos. Tiene que serlo. Y probablemente sea mucho más extremo que cualquier progresista no abajista, porque tiene que dejar claro que él NO es cuico o si lo es de origen, ya no sigue siéndolo.

Cuando se “empareja”, el cuico abajista normalmente se va a vivir (sí, en concubinato, tiene que ser así!) con su “pareja” que, o es no-cuica o es otro cuico/a abajista.  Puede que después se case, pero obviamente por el civil solamente y en una ceremonia totalmente anti-cuica, muy probablemente con chamanes o algún tipo de ceremonia mística-étnica. Por alguna razón, como ya comenté, el cuico abajista “abraza” el mundo étnico-hippie-pelo-largo-rústico (probablemente es la única forma que tengan de diferenciarse notoriamente del resto de los cuicos).

El cuico abajista tarde o temprano va a ir a la India, o al menos va a tomar cursos con un gran maestro de la India para aprender a hacer yoga o a meditar o a tocar la flauta india que llama a la Pachamama o quizás qué ritual. Para el cuico abajista la parte espiritual es muy importante, así como el contacto con la naturaleza, lo orgánico y lo real (versus lo artificial). Los hijos de los cuicos abajistas son los típicos niñitos rubios con pelo largo (que parecen niñitas), niñitas con ropa jamás rosada y con harta lana, y que seguramente andan sin zapatos hasta bien grandes o a lo más unos zapatos tipo Era del Hielo. Obviamente los hijos de un cuico abajista van a ir a colegios Waldorf o Montessori. 


El problema para los cuicos abajistas es que muchas veces deciden dedicarse a cosas “artíshticas” del tipo vender productos orgánicos en ferias artesanales o tocar música étnica o irse a vivir a un pueblito en el sur o en cualquier parte de Chile donde cultivan su huerto orgánico, y cuando ya tienen a sus hijos, se dan cuenta que igual hay que pagar cuentas y que la vida no es tan fácil como parece. Y al final la gran mayoría de las veces terminan subsidiados por sus papás, ya sea directamente (les pasan plata) o indirectamente, ayudándoles a vender sus productos (vía contactos) o llevándoles ropa para los niños o comprándoles una casita ahí en el pueblo donde viven. Porque finalmente son cuicos, y en general los cuicos no quedan a su suerte. Tienen esa posibilidad de “explorar alternativas” porque en el fondo saben que tienen un respaldo detrás. Y es justo lo que más odian (la cuiquez) lo que les permite ser abajistas-hippies.