Cuicoterapia

Cuicoterapia

miércoles, 20 de agosto de 2014

El cuico perno


Una clásica charla que se repleta de cuico perno. 


El cuico perno es una versión “soft” de un cuico seduc, o dicho de otro modo, un cuico seduc es el subconjunto más radical o extremo de un cuico perno. De hecho, seguramente son amigos y se conocen mucho entre seduc y pernos. Uso el término perno no en un sentido “nerd” (aunque un poco), sino para graficar un tradicionalismo/conservadurismo/religiosidad que tiene este tipo de cuicos.

El cuico perno no está a la moda. No es que esté pasado de moda, pero su ropa es estándar. Los hombres usan bluejeanes estándar, de corte estándar, color estándar. Usan poleras estándar, aunque generalmente usan camisas, incluso en el fin de semana (y metida adentro del pantalón). El cuico perno no usa zapatillas, y si las usa, van a ser esas de trekking (modelo perno). Normalmente en un fin de semana va a estar con bluejeanes, camisa cuadrillé metida adentro del pantalón, zapatos de cuero (o las zapatillas trekking ya mencionadas), y un sweater escote en V de un color neutro. El cuico perno no usa polerones, o si los llega a usar, igual no son muy estilosos. Tampoco usa hawaianas (de esas tan onderas), ni siquiera crocs. Siempre zapatillas, invierno o verano.

En el caso de las mujeres, la cuica perna no usa jamás pantalones pitillo, sino también bluejeanes estándar de color estándar, generalmente a la cintura (aunque ahora eso está medio de moda), o al menos no a la cadera. No usa botas “equitadoras” encima de los pantalones (porque en esos bluejeanes no cabrían tampoco), sino botines negros o café, de modelo estándar, ese que no pasa de moda, y que los tiene por varios años. A la cuica perna le gusta usar pollera (falda si quieren), larga hasta el suelo, generalmente de algodón y colores neutros (café, negro, gris, beige). En el verano puede ser un poco más corta, a la rodilla como mucho, pero les gustan más los pantalones pescadores con un buen “zapato reina” (que ahora están de moda, pero para ellas son un básico en su clóset por años de años) o alguna chala café o negra con 2 tiras anchas, bien anchas.
Jamás va a tener un corte de pelo a la moda, sino un pelo largo estándar, a lo más con algunos reflejos “que no se noten”, y cuando va a cortárselo, sólo las puntas. Si se pinta las uñas, es poco probable que use un color muy llamativo, probablemente se haga la manicure francesa o a lo más un rojo oscuro. Tampoco se pinta (“maquilla”) mucho, de hecho casi no se pinta, salvo para ocasiones especiales como matrimonios o cosas así. Normalmente usa aro de perla o algún arito discreto de plata con oro o de oro con alguna piedrita. Jamás va a usar algún aro grande con plumas o alguna argolla grande ni menos un aro de feria (o tipo feria, convengamos que las cuicas sobre 30 no van a comprar “joyas” en una feria artesanal). Siempre va a tener una cadenita de oro con una cruz o medallita de la Virgen, y a lo mejor una pulserita discreta también. Anillos, pocos. La argolla de matrimonio con su anillo de compromiso, que es muy estándar también, nada ostentoso ni llamativo, probablemente sea de oro blanco con una fila de brillantes, más separados o más juntos, pero es básicamente el mismo en todas las cuicas pernas.

El cuico perno es religioso, pero no extremo, va a misa todos los domingos (con toda su familia, obvio), en algunos casos participan en algún movimiento como Schönstatt o los Legionarios (excluyo al Opus porque es una categoría aparte como ya saben) o sino participan de actividades de la parroquia o tal vez obras sociales. Al cuico perno le encanta participar en misiones familiares por ejemplo.

 El cuico perno tiene mínimo 4 hijos, que están obviamente en algún colegio católico de alguna de las congregaciones que nombré. Al hijo hombre mayor sí o sí le ponen el nombre del papá, y muchas veces la hija mayor se llama como la mamá. Usan nombres que los cuicos progres usaron 15 años antes, pero que todavía no llegan a usar los cacos o los CME (clase media emergente). Típico nombre de hijo de cuico perno: Lucía, Elisa, Jacinta, Rosario (usan harto nombre religioso también), Domingo, Santiago, Clemente, Pedro. 

El cuico perno no es ostentoso, en eso es muy parecido a su símil seduc. No sale mucho a comer, sino que se junta en casas con amigos. No es muy bueno para el asado. Hacen asados, sí, pero normalmente tienen parrilla a gas y no hay pebre ni nada muy parrillero. Les gusta más comprar comida preparada o bien cocinar algo que hacer un asado.

El cuico perno no toma mucho, siempre mesurados, uno no vería jamás a un cuico perno curado, mucho menos a una cuica perna. La cuica perna es feliz con un pisco sour comprado, y se va a demorar la noche entera en tomárselo. Las cuicas pernas no toman vino (y entre nos, creo que miran feo a las que sí toman(mos)). Los hombres cuicos pernos sí toman vino, pero no son muy fijados en las marcas. De hecho no compran vinos muy buenos, porque no lo valoran, y normalmente en un asado o comida nunca va a haber más de 2 vinos disponibles, aunque sean 10 o más personas. Es muy probable que 1 de los vinos ya esté abierto porque sobró de una comida anterior.

Las casas de los cuicos pernos en general no están decoradas muy modernamente. Aunque sea un matrimonio joven, la mesa de comedor va a ser entera de madera (y no de vidrio, como se usa ahora), los sofás del living medios redondeados (y no cuadrados, o mucho menos de cuero) y probablemente en color crudo, un “bar” de madera, cuadros de paisajes con marco dorado. 

El cuico perno políticamente es bien de derecha y poco tolerante a cualquier rasgo de progresismo ideológico. Entre los suyos, van a hablar de los “fletos” (gay), de los “rotos” (refiriéndose a los socialistas y también a los CME), son bien duros en sus opiniones. En público se cuidan, como todos los cuicos. Pero sí sacan algo de ronchas en cuicos menos pernos, porque son muy cerrados en sus pensamientos. No pueden tolerar que alguien no piense igual que ellos, y lo hacen saber, pudiendo entramparse en discusiones bastante acaloradas con otros cuicos no pernos. Y después de esas discusiones, dejan de juntarse con ellos. Como digo, el cuico perno es muy cerrado y tiene un círculo de amistades muy estrecho, donde pueda hablar a sus anchas de lo que piensan ellos y sus amigos.

Al cuico perno le gusta jugar fútbol en ligas. Es como su “escape”, y se junta con otros cuicos pernos todas las semanas a jugar fútbol. Eso sí es difícil que después se vayan a tomar unas “chelitas” (jamás dirían chelitas en todo caso). Fútbol y a la casa. Al cuico perno no le gusta mucho tomar, ya les dije.

La cuica perna es buena para la charla. Le encanta ir a charlas de formación valórica, de algún experto en educación de los hijos (de los “niños”), de cómo fortalecer el matrimonio, etc. Va con amigas, o a veces también va con el marido. Y usan mucho las enseñanzas de la charla para conversar después, para ir mejorando como matrimonio, como papás, como lo que sea. Les gusta aprender cómo ser mejores personas, siempre en el contexto de sus valores y estilo (¡no es que vayan a ir a una charla de Salfate!).  De hecho, la cuica perna muchas veces hace cursos de algún tema valórico, cursos de biblia por ejemplo, en los centros de formación que tienen las congregaciones (Familia Unida, por ejemplo) o a veces en la misma parroquia que frecuentan. También es fanática de la revista Hacer Familia, donde saca también muchos tips para la educación de sus niños.

El cuico perno no viaja mucho. Sí puede salir una vez al año, o tal vez para algún aniversario de matrimonio, pero en general no viaja mucho. En las vacaciones pueden ir a distintos lugares, pero es muy probable que vayan con un grupo de amigos (como ellos, se entiende), donde puedan estar tranquilos, los niños jugar entre ellos, y hablar de las cosas que a ellos les interesan, lejos de la contaminación actual del mundo (contaminación = liberalismo).


El cuico perno en el fondo es un poco anacrónico, ellos de alguna manera viven unos años atrás, con valores más extremos que el resto. Van unos pasos más atrás en términos de liberalidad y modernidad, y es por eso que no les es fácil juntarse con cualquier persona, y se refugian entre su círculo más íntimo. Felizmente para el cuico perno, todavía existen muchos como ellos, por lo que pueden seguir tranquilos con su estilo de vida, aunque sea en la intimidad de su casa, la de sus amigos, o la Parroquia.

lunes, 11 de agosto de 2014

El cuico abajista


El cuico abajista podría confundirse con el cuico progre, pero la diferencia fundamental es que al cuico abajista le CARGA ser cuico, reniega de su cuiquez. El cuico abajista es la versión extrema del cuico progre.

Es difícil entender porqué alguien se transforma en cuico abajista. Tiendo a creer que se origina normalmente en una mamá (más que papá) DEMASIADO excesivamente cuica, casi siútica, demasiado preocupada del qué dirán, demasiado todo, lo que provoca en el cuico adolescente una rebeldía tal que generaliza y odia a toda la cuiquería, transformándose así en un cuico abajista. Lo que obviamente genera la peor angustia en esa mamá, que su hijo/a es todo lo que ella no quería para ellos. 

El cuico abajista (cuando todavía vive con los papás, obvio) jamás va a decir que vive en La Dehesa. Si se ve obligado a decir dónde vive, va a decir (medio murmurado y bien rápido) que vive en Lo Barnechea (a ver si pasa más piola). Cuando se va a vivir solo, (cosa que hace apenas tiene la oportunidad) el cuico abajista arrienda un departamento en el Parque Bustamante, en algún edificio bien destartalado, ojalá sin ascensor. Si no es el Parque Bustamante, tiene que ser algún otro lugar del centro, tal vez el Barrio Lastarria o el Barrio Italia.  Ciertos barrios de Ñuñoa también son reductos de cuicos abajistas. Al igual que los cuicos progre, obviamente les gusta andar en bicicleta o directamente en micro, porque ellos en serio no quieren ser cuicos ni nada que se les parezca. 

Como el cuico abajista es cuico, sabe perfectamente los códigos cuicos, por lo tanto sabe perfectamente qué NO decir para no parecer cuico. Un cuico abajista seguramente va a hablar de “el Juan”, “el Pablo” (a diferencia de los cuicos que no usan “el” antes de los nombres de hombre). Seguramente va a decir “disculpa” en vez de “perdón”. Va a decir todas las cosas que no dicen los cuicos. Y como sabe que a los cuicos les encanta preguntar el colegio para identificarse, usa ese mismo argumento para evitar el tema (“ay q estai cuico que me preguntai eso” va a decir el cuico abajista a quien ose preguntarle), o en el peor de los casos, le va a echar la culpa a sus papás del lugar donde creció o el colegio que estuvo, seguido de un “pero eran todos unos sacos de weas en ese colegio/playa, etc”. También sabe qué ropa y pelo usar para no parecer cuico (aunque la cara de cuico no se la saca nadie).  Los cuicos abajistas tienden a ser hippies-naturistas-artesas. No siempre, pero tienen una tendencia para ese lado.

Es muy difícil que un cuico abajista estudie una carrera tradicional, y si lo hace, obviamente jamás de los jamases va a estudiar en la UDD o la Los Andes (última opción en la vida de un cuico abajista).  Seguramente va a elegir la (Universidad de) Chile o definitivamente decida irse a estudiar fuera de Santiago, a la Universidad de Valparaíso, a la de “Conce”, a la Austral, donde puede vivir en una pensión o en algo bien abajista (aunque se lo paguen los papás). Si llega a estudiar en la (Universidad) Católica es sólo en caso que la carrera sea más “alternativa” tipo Historia, Geografía, Literatura…o la favorita de los cuicos abajistas: Sociología. Sociología es una carrera muy deseable para un cuico abajista: esa mezcla entre intelectualidad profunda (y aires de superioridad), el pensar constante, el análisis de cosas interesantes, la molestia profunda por el status quo, el inconformismo crónico, y por supuesto ese aire “hippie-artesa” tan típico de los sociólogos (al menos de los del imaginario popular).

El cuico abajista obviamente tiene que ser de izquierda para poder sustentar su estilo de vida abajista, y se preocupa de despotricar a los cuatro vientos contra las tarjetas de crédito, las clases sociales, el lucro, la desigualdad o cualquier cosa que suene a capitalismo. Pero eso no quita que se pueda ir de viaje a Europa o a hacer un postgrado (obvio que en políticas públicas) al extranjero.

Obviamente también, odia profundamente cualquier cosa que parezca conservadora. El cuico abajista es muy progresista para sus pensamientos. Tiene que serlo. Y probablemente sea mucho más extremo que cualquier progresista no abajista, porque tiene que dejar claro que él NO es cuico o si lo es de origen, ya no sigue siéndolo.

Cuando se “empareja”, el cuico abajista normalmente se va a vivir (sí, en concubinato, tiene que ser así!) con su “pareja” que, o es no-cuica o es otro cuico/a abajista.  Puede que después se case, pero obviamente por el civil solamente y en una ceremonia totalmente anti-cuica, muy probablemente con chamanes o algún tipo de ceremonia mística-étnica. Por alguna razón, como ya comenté, el cuico abajista “abraza” el mundo étnico-hippie-pelo-largo-rústico (probablemente es la única forma que tengan de diferenciarse notoriamente del resto de los cuicos).

El cuico abajista tarde o temprano va a ir a la India, o al menos va a tomar cursos con un gran maestro de la India para aprender a hacer yoga o a meditar o a tocar la flauta india que llama a la Pachamama o quizás qué ritual. Para el cuico abajista la parte espiritual es muy importante, así como el contacto con la naturaleza, lo orgánico y lo real (versus lo artificial). Los hijos de los cuicos abajistas son los típicos niñitos rubios con pelo largo (que parecen niñitas), niñitas con ropa jamás rosada y con harta lana, y que seguramente andan sin zapatos hasta bien grandes o a lo más unos zapatos tipo Era del Hielo. Obviamente los hijos de un cuico abajista van a ir a colegios Waldorf o Montessori. 


El problema para los cuicos abajistas es que muchas veces deciden dedicarse a cosas “artíshticas” del tipo vender productos orgánicos en ferias artesanales o tocar música étnica o irse a vivir a un pueblito en el sur o en cualquier parte de Chile donde cultivan su huerto orgánico, y cuando ya tienen a sus hijos, se dan cuenta que igual hay que pagar cuentas y que la vida no es tan fácil como parece. Y al final la gran mayoría de las veces terminan subsidiados por sus papás, ya sea directamente (les pasan plata) o indirectamente, ayudándoles a vender sus productos (vía contactos) o llevándoles ropa para los niños o comprándoles una casita ahí en el pueblo donde viven. Porque finalmente son cuicos, y en general los cuicos no quedan a su suerte. Tienen esa posibilidad de “explorar alternativas” porque en el fondo saben que tienen un respaldo detrás. Y es justo lo que más odian (la cuiquez) lo que les permite ser abajistas-hippies.