

Casi no existe cuico que se
precie de tal que no sepa esquiar (en la nieve, aunque bueno, muchos también en
agua). La experiencia cuica en la nieve tiene también sus propios códigos,
obviamente. Hace años atrás, el cuiquerío completo “subía” a La Parva. Se
usaban trajes enteros (tipo mameluco), idealmente mandados a hacer en Caramelo
(una tienda en Vespucio con Kennedy), que tenían algún dibujo en la espalda
elegido por su dueño/a. Nada más top que ir un martes a la nieve (en día de
colegio) y volver al día siguiente quemada y con los anteojos marcados. Obvio.
Uno paraba en el 3100 (restorán), pero con suerte se comía unas papas fritas
compartidas entre 4, porque era demasiado caro. Lo importante era parar para
ver y ser visto (y tal vez ir al baño, reconozcamos). Obvio. Ideal salir en la
Cosas (yo salí una vez, aunque tuvimos que rogarle al fotógrafo que nos sacara
la foto al trío de adolescentes). Para el fin de semana largo del 15 de agosto,
que generalmente estaba despejado y ya hacía calor, lo más cool y top era bajarse
la parte de arriba del “enterito” y amarrársela a la cintura, y esquiar con
polera, nada más taquilla, especialmente los hombres. En las tardes, era un
must tener unas “botas de refugio” para estar en la casa o salir a caminar o
juntarse con amistades.
Pero las cosas han cambiado.
Ahora es impensable (y mal visto) esquiar sin casco (adultos y niños). Nada de
andarse quemando, que rasquería. Mucho factor, y la cara bien tapada, con
cuellos o “máscaras” de polar, o pañuelos térmicos y colorinches. Nada de
anteojos, antiparras para todos. Nada de esquís, todos con snowboard, hasta las
viejas cuicas con snowboard. Nada de traje completo, pantalón de un color,
discreto, y encima algún polar o parka Spider o tal vez North Face o Marmot o
Patagonia. Siempre va a haber algún innovador con alguna marca nueva que todos
quieren copiar. Ideal que la marca sea “eco-medio-ambiental-friendly” y
obviamente con un cuanto-hay de materiales tipo “algodón orgánico de las altas
sierras bolivianas” o
“soportador-de-calor-frío-humedad-transpiración-cambia-de-color-según-la-temperatura”.
Mientras más atributos, mejor.
Ahora claro, hay cosas que son
permanentes en el tiempo. La Marmita de Pericles, para mi sorpresa, todavía
existe, con Ian Pichaida todavía apareciendo en las sociales. Hay también otros
restoranes para encontrarse “los de siempre”, nada de aparecidos ni gente rara.
Porque ese es el problema. Con
los años, y como en todo en el mundo de los cuicos, empieza a aparecer “otro”
tipo de gente. Y como dice el Coco Legrand, “arrancan los weones”. Como la
nieve siempre ha sido sinónimo de status y real alcurnia (pensemos en esos
refugios en Farellones donde están los “cuicos supremos de la nieve”),
obviamente hay unos wannabe que entienden que ir a la nieve (porque ellos van a
la nieve, no “suben” como los cuicos) es algo muy deseable. Pero como en todo
también, hay códigos cuicos que no entienden, y los cuicos los reconocen y ya
les empieza a dar un poco de lata esto de que esté tan “chacreado” lo de esquiar
– además de lo carísimo que es dedicarse a ese deporte, y al cuico (ya sabemos)
no le gusta andar ostentando tanto lujo.
Entonces el cuiquerío, liderado
por el cuiquerío progre y sub-25, está encontrando una nueva actividad a la que
dedicarse, incluso en el invierno: el surf. Recordemos que a los progre les
encanta Matanzas y Puertecillo y tal vez hasta Pichilemu (aunque está un
peliiiito muy masivo). Y además les encanta buscar los “artilugios” por
internet. Y como sabemos que es muy dado en el cuiquerío viajar, siempre hay
algún amigo que puede traerles las cosas. Entonces fácilmente (y “botado de
barato”) pueden conseguir trajes de agua híper impermeables, híper anti frío,
tablas especialmente hechas paras las olas del Pacífico sur, “wax” y toda una
serie de nuevos accesorios. Y sobre todo ropa surfer para “después de surfear”
(Roxy por ejemplo). Por supuesto ya existe LA tienda para comprar todas las
cosas de surf, Los Morros (en alusión a Los Morros de Pichilemu que quedan en
Punta Lobos, también conocido como Las Tetas). Las mujeres con sus pelos largos
rubios (que naturalmente tienen) con “beach waves” style. Nada más surfer.
Y la
postal es perfecta. Del snowboard al surf. Una tabla, implementos, la moda llevada
al deporte. Contacto con la naturaleza, poca gente, sólo conocidos. Total en la
nieve uno igual se caga de frío, asique entre cagarse de frío en la nieve o en
el mar, la misma cosa no más, pero más barato y más estiloso. Hasta hay
curvas peligrosas para llegar a Puertecillo, asique la similitud es máxima. Y
mejor todavía, porque ni siquiera hay que andarse tapando entera la cara o vestirse con ropa tan poco sentadora como esos pantalones o parkas
gruesas. Aquí un traje de agua que marca la facha, el pelo con reflejos
naturales, un quemado natural (con factor igual, claro), y después en la noche
se disfruta la chimenea con su traguito. Tal como en los viejos tiempos. Sin
aparecidos ni tanto ruido. Como Farellones a principios del siglo XX.
P.D.: Me perdonan los
neo-farelloneros al haber dado a conocer su nuevo refugio, pero no creo que se
les llene tan luego, mantengan malo los accesos y listo.
P.D.2: El cuico surfer es una
categoría completa (muy interesante) que describiré aparte (y muy luego, ya tengo el material). El post de hoy sólo pretende demostrar de alguna manera el origen del cuico surfer y la (pronta) decadencia del esquí como el deporte ícono del cuiquerío.